Adviento, tiempo de espera

Adviento viene de adventus, que significa venida, llegada, y se inicia en el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre, de tal modo que forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El Adviento es estar atentos al Señor que viene. No es simplemente un momento del Año Litúrgico.  ¡Es un tiempo de esperanza!

“¡Estar despiertos y vigilantes!” No es una amenaza. Es una exhortación. Es una actitud que abarca e ilumina toda la vida del cristiano. Es un mirar a Jesús que vino en la historia para enseñarnos a vivir humana y  divinamente. Que viene en cada pobre y necesitado y vendrá al final de los tiempos como Él nos prometió.

Cada uno sabe cuáles son sus “excesos”.  Ya es hora de despertarnos de nuestra apatía, nuestra indolencia, y es preciso luchar con más decisión y que arranquemos de raíz todo aquello que puede desagradar al Señor que viene.

Año tras año, al llegar el Adviento, oímos que es un tiempo de cambio y preparación.  Pero… ¿cambia “algo” en nuestra vida? Este es el desafío de quienes “pretendemos” preparar el camino del Señor: cambiar el corazón, cambiar nuestra mentalidad.  Esta actitud se llama, en el lenguaje religioso: conversión.

El sendero del cristiano será imitar a Jesús viendo todo lo que podemos hacer para que los desalentados y oprimidos reciban una nueva esperanza, comenzando por nosotros mismos. Lejos de ceder a la tristeza y al pesimismo, alégrate siempre en el Señor, porque Jesús viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

Algunas veces pareciera que, tanto escuchar y repetir que Jesús es Dios hecho hombre, nos hemos acostumbrado a las palabras y no le tomamos el peso  de lo que ellas significan. Preparemos  todo nuestro ser para celebrar este GRAN MISTERIO: Dios que se hace hombre semejante a nosotros, menos en el pecado.

Es una excelente ocasión para mostrarle a Jesús que estamos vigilantes, atentos, activos… con las manos en la tarea de amasar un mundo mejor y con el corazón ocupado  en amar a todos, especialmente a los más necesitados.

Dile, SÍ, al Señor que ya llega para que nos purifique y nos haga vivir la auténtica alegría de la Navidad

Con la llegada del Tiempo de Adviento comienza en año litúrgico, el que podríamos esquematizarlo según el siguiente cuadro:


El Adviento dura cuatro semanas:

•   El primer domingo nos orienta hacia la Venida del Señor al final de la historia y el mensaje es el de la vigilancia.
•   El segundo domingo está centrado en la figura de Juan Bautista y el mensaje es el de la paciencia y de la preparación activa para la Venida del Señor.
•   El tercer domingo, también centrado en el Bautista, nos orienta con más fuerza hacia la persona de Aquél que viene; el mensaje es el de la alegría por la venida muy cercana.
•   El cuarto domingo contempla el misterio de la Encarnación de Dios en María; como preparación profunda del misterio de la Navidad

Las lecturas bíblicas de este tiempo están tomadas del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Juan Bautista, María e Isaías son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

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