Agenda Parroquial 1 al 7 de Octubre


LUNES 1 DE OCTUBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 2 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (hoy comienza horario de verano)

MIÉRCOLES 3 DE OCTUBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
18 hs: Catequesis Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 4 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.
21:15 hs: Catequistas y Animadores Ca.Fa.

VIERNES 5 DE OCTUBRE

18 hs: Rosario Chicos 2° ciclo Ca.Fa.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Adoración Eucarística
20 hs: Santa Misa.

SÁBADO 6 DE OCTUBRE

10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
17 hs: Primeras Comuniones (con Misa)
20 hs: Santa Misa.

DOMINGO 7 DE OCTUBRE

11 hs: Santa Misa.
12 hs: Bautismos.
20 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXVI del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros. Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.
»Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga».
(Mc 9,38-43.45.47-48)

Comentario
Hoy, según el modelo del realizador de televisión más actual, contemplamos a Jesús poniendo gusanos y fuego allí donde debemos evitar ir: el infierno, «donde el gusano no muere y el fuego no se apaga» (Mc 9,48). Es una descripción del estado en el que puede quedar una persona cuando su vida no la ha llevado allí adonde quería ir. Podríamos compararlo al momento en que, conduciendo nuestro automóvil, tomamos una carretera por otra, pensando que vamos bien y vamos a parar a un lugar desconocido, sin saber dónde estamos y adónde no queríamos ir. Hay que evitar ir, sea como sea, aunque tengamos que desprendernos de cosas aparentemente irrenunciables: sin manos (cf. Mc 9,43), sin pies (cf. Mc 9,45), sin ojos (cf. Mc 9,47). Es necesario querer entrar en la vida o en el Reino de Dios, aunque sea sin algo de nosotros mismos.
Posiblemente, este Evangelio nos lleva a reflexionar para descubrir qué tenemos, por muy nuestro que sea, que no nos permite ir hacia Dios, —y todavía más— qué nos aleja de Él.
El mismo Jesús nos orienta para saber cuál es el pecado en el que nos hacen caer nuestras cosas (manos, pies y ojos). Jesús habla de los que escandalizan a los pequeños que creen en Él (cf. Mc 9,42). “Escandalizar” es alejar a alguien del Señor. Por lo tanto, valoremos en cada persona su proximidad con Jesús, la fe que tiene.
Jesús nos enseña que no hace falta ser de los Doce o de los discípulos más íntimos para estar con Él: «El que no está contra nosotros, está por nosotros» (Mc 9,40). Podemos entender que Jesús lo salva todo y “da gato por liebre”. Es una lección del Evangelio de hoy: hay muchos que están más cerca del Reino de Dios de lo que pensamos, porque hacen milagros en nombre de Jesús. Como confesó santa Teresita del Niño Jesús: «El Señor no me podrá premiar según mis obras (...). Pues bien, yo confío en que me premiará según las suyas».
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)

San Vicente de Paul y las "Conferencias Vicentinas"

La Sociedad de San Vicente de Paúl es una Asociación de carácter humanitario benéfico social. Fue fundada en París en 1833, es decir, cuenta con una historia de casi 180 años en el trabajo con los más pobres. Actualmente está presente en 142 países atendiendo a diferentes necesidades en cada lugar. Cuenta con más de 800.000 socios y numerosos voluntarios que atienden cada año a cerca de 17.000.000 de personas en cualquier parte del mundo y ante cualquier tipo de necesidad. Hombres y mujeres de buena voluntad, que desean transformar el mundo ayudando de modo voluntario a los más necesitados. Laicos comprometidos trabajando en cercanía con personas en necesidad e intentando devolverles esperanza y su dignidad.

La Sociedad de San Vicente de Paul, que agrupa a los laicos católicos, tiene por objeto el ejercicio de la caridad en todas sus formas para el auxilio de los necesitados cualesquiera que sean su nacionalidad y sus creencias. La esencia de la actividad vicentina se expresa por contactos frecuentes de persona a persona con los que sufren moral o materialmente.

La Sociedad de San Vicente de Paul tuvo su origen en la Iglesia Saint-Etienne du Mont en París el 23 de abril de 1833, en la asociación formada por Federico Ozanám, un joven abogado que vivió en Paris, Francia y comprendiendo la angustia de sus compañeros de Universidad por lo que veían en las estrechas callejuelas de Saint Marceau, busca el modo de hacerles conocer la verdad religiosa y social y para ello descubre el medio mas infalible: que los laicos practiquen el apostolado de la caridad. Los grupos se llamaron “Conferencias" y la Sociedad naciente fue puesta bajo el Patrocinio y protección de San Vicente de Paul.

Los miembros de la Sociedad se reúnen en equipos llamados tradicionalmente "Conferencias" para desarrollar su tarea de caridad y auxilio a los más necesitados saliendo al encuentro de ellos donde se encuentren: hogares geriátricos, hospitales, asilos, escuelas, viviendas particulares, cárceles, etc. En Argentina trabajan 68 Conferencias Vicentinas, diez de las cuales están en Córdoba.

En nuestra Parroquia, trabaja desde hace poco más de un año una Conferencia Vicentina, puesta bajo la advocación del Cura Brochero. Nos reunimos una vez por semana para llevar compañía, oraciones, ayuda, la Palabra y la Eucaristía, a nuestros hermanos más necesitados. Y somos muy pocos, por ahora. De modo que invitamos a las personas que deseen sumarse a nuestra Conferencia Vicentina “Cura Brochero” para que se pongan en contacto con nosotros al mail de la Parroquia pdelvallecba@gmail.com o al mail particular de Rodolfo rvtuzzi@gmail.com  La invitación se dirige a personas de la ciudad de Córdoba, no siendo indispensable que vivan en el ámbito de nuestra parroquia. Y participar sólo les demandará un par de horas de actividad, una vez por semana.

Hay una película de 113 minutos de duración, filmada en Francia en 1947, ganadora de un Oscar en la categoría de película extranjera, subtitulada al español, en la que podemos ver lo más significativo de la vida de San Vicente de Paul, su inmenso amor a los pobres y su caridad sin límites. Para verla hacer clic acá.

Evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos pasaban por Galilea, pero Él no quería que se supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.
Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado».
(Mc 9,30-37)

Comentario
Hoy, nos cuenta el Evangelio que Jesús marchaba con sus discípulos, sorteando poblaciones, por una gran llanura. Para conocerse, nada mejor que caminar y viajar en compañía. Surge entonces con facilidad la confidencia. Y la confidencia es confianza. Y la confianza es comunicar amor. El amor deslumbra y asombra al descubrirnos el misterio que se alberga en lo más íntimo del corazón humano. Con emoción, el Maestro habla a sus discípulos del misterio que roe su interior. Unas veces es ilusión; otras, al pensarlo, siente miedo; la mayoría de las veces sabe que no le entenderán. Pero ellos son sus amigos, todo lo que recibió del Padre debe comunicárselo y hasta ahora así ha venido haciéndolo. No le entienden pero sintonizan con la emoción con que les habla, que es aprecio, prueba de que ellos cuentan con Él, aunque sean tan poca cosa, para lograr que sus proyectos tengan éxito. Será entregado, lo matarán, pero resucitará a los tres días (cf. Mc 9,31)
Muerte y resurrección. Para unos serán conceptos enigmáticos; para otros, axiomas inaceptables. Él ha venido a revelarlo, a gritar que ha llegado la suerte gozosa para el género humano, aunque para que así sea le tocará a Él, el amigo, el hermano mayor, el Hijo del Padre, pasar por crueles sufrimientos. Pero, ¡oh triste paradoja!: mientras vive esta tragedia interior, ellos discuten sobre quien subirá más alto en el podio de los campeones, cuando llegue el final de la carrera hacia su Reino. ¿Obramos nosotros de manera diferente? Quien esté libre de ambición, que tire la primera piedra.
Jesús proclama nuevos valores. Lo importante no es triunfar, sino servir; así lo demostrará el día culminante de su quehacer evangelizador lavándoles los pies. La grandeza no está en la erudición del sabio, sino en la ingenuidad del niño. «Aun cuando supieras de memoria la Biblia entera y las sentencias de todos los filósofos, ¿de qué te serviría todo eso sin caridad y gracia de Dios?» (Tomás de Kempis). Saludando al sabio satisfacemos nuestra vanidad, abrazando al pequeñuelo estrujamos a Dios y de Él nos contagiamos, divinizándonos.
Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz (El Montanyà, Barcelona, España)

Celebración Ecuménica por la Paz del Mundo


Invitamos a toda la comunidad a participar de 
la Celebración Ecuménica por la Paz del Mundo,
que se realizará este jueves 20 de setiembre a las 20:30 horas 
en nuestro salón parroquial.

Oración por la Fe


ORACIÓN POR LA FE
Autor:
SS PABLO VI

Señor, yo creo. Yo quiero creer en Ti.

Señor, haz que mi fe sea PLENA, sin reservas y que penetre en mi modo de juzgar las cosas divinas y las cosas humanas.

Señor, haz que mi fe sea LIBRE; es decir, que parta de mi adhesión personal; que acepte las renuncias y los riesgos que trae consigo, manifestando así lo más íntimo de mi personalidad; Señor, yo creo en Ti.

Señor, haz que mi fe sea CIERTA: cierta, por una congruencia exterior de pruebas y por un testimonio interior del Espíritu Santo, cierta, por su luz que asegura, por sus frutos pacificantes, por contener una connaturalidad que serena.

Señor, haz que mi fe sea FUERTE, que no tema las dificultades de los problemas, que llenan la experiencia de nuestra vida, necesitada de luz; que no tema la oposición de quienes la discuten, la impugnan, la rechazan, la niegan; sino que se consolide en la íntima prueba de tu verdad. Y que de tal modo resista la acometida de la crítica, que se consolide en la afirmación continua y que supere las dificultades dialécticas y espirituales, en las que se desarrolla nuestra existencia temporal.

Señor haz que mi fe sea GOZOSA y de paz y alegría a mi espíritu y lo capacite para la oración con Dios y para el trato con los hombres; de tal manera que irradie, en su diálogo sagrado y profano, la felicidad interna de su gozosa posesión.

Señor, haz que mi fe sea ACTIVA y dé a la caridad las razones de su expansión exterior, de tal modo, que constituya una verdadera amistad contigo. Que me haga ser tuyo, en las obras, en los sufrimientos, y en la espera de la revelación final. Que sea una búsqueda continua, un testimonio contiinuo, y una continua esperanza.

Señor, haz que mi fe sea HUMILDE y no presuma fundarse en la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento, sino que se rinda al testimonio del Espíritu Santo. Y no tenga otra garantía mejor, que la docilidad a la Tradición y a la autoridad del Magisterio de la santa Iglesia.

Amén.

(Pronunciada en la audiencia general del 30 de octubre de 1968)

Evangelio del Domingo XXIV del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo».
Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».
Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará».
(Mc 8,27-35)

Comentario
Hoy día nos encontramos con situaciones similares a la descrita en este pasaje evangélico. Si, ahora mismo, Dios nos preguntara «¿quién dicen los hombres que soy yo?» (Mc 8,27), tendríamos que informarle acerca de todo tipo de respuestas, incluso pintorescas. Bastaría con echar una ojeada a lo que se ventila y airea en los más variados medios de comunicación. Sólo que… ya han pasado más de veinte siglos de “tiempo de la Iglesia”. Después de tantos años, nos dolemos y —con santa Faustina— nos quejamos ante Jesús: «¿Por qué es tan pequeño el número de los que Te conocen?».
Jesús, en aquella ocasión de la confesión de fe hecha por Simón Pedro, «les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él» (Mc 8,30). Su condición mesiánica debía ser transmitida al pueblo judío con una pedagogía progresiva. Más tarde llegaría el momento cumbre en que Jesucristo declararía —de una vez para siempre— que Él era el Mesías: «Yo soy» (Lc 22,70). Desde entonces, ya no hay excusa para no declararle ni reconocerle como el Hijo de Dios venido al mundo por nuestra salvación. Más aun: todos los bautizados tenemos ese gozoso deber “sacerdotal” de predicar el Evangelio por todo el mundo y a toda criatura (cf. Mc 16,15). Esta llamada a la predicación de la Buena Nueva es tanto más urgente si tenemos en cuenta que acerca de Él se siguen profiriendo todo tipo de opiniones equivocadas, incluso blasfemas.
Pero el anuncio de su mesianidad y del advenimiento de su Reino pasa por la Cruz. En efecto, Jesucristo «comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho» (Mc 8,31), y el Catecismo nos recuerda que «la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios» (n. 769). He aquí, pues, el camino para seguir a Cristo y darlo a conocer: «Si alguno quiere venir en pos de mí (…) tome su cruz y sígame» (Mc 8,34).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Encuentro Pastoral Zona 7


Este sábado 15 de setiembre, se realizará el Encuentro Pastoral Zona 7 de la Arquidiócesis de Córdoba, el cual tendrá lugar en el Colegio José Peña del barrio Villa Cabrera (Calle Ciudad de Tampa esquina Pedroni) desde las 8:30 a las 13:30 horas, bajo el lema “¿Amo a mi Patria? ¿Qué hago por ella?”

Asumiendo el espíritu que anima la celebración de estas Jornadas, y profundizando la temática trabajada en estos años sobre el compromiso como hermanos y ciudadanos, la propuesta de este espacio es:

- Alentar y profundizar en la espiritualidad del compromiso cristiano.
- Conocer y reflexionar sobre la validez de la “incidencia política” en orden a la  construcción de la sociedad y como ejercicio de participación ciudadana.
- Despertar motivaciones que nos animen a reconocer espacios posibles para sumarnos como “ciudadanos y comunidades” en procesos de incidencia política.

Este Encuentro está destinado a Agentes Pastorales y a la feligresía en general de la Zona 7, dentro de la cual se encuentra ubicada nuestra parroquia.

Están todos invitados a participar del mismo.

Patrimonio de la Humanidad



El miércoles pasado hemos comenzado en el marco de una cátedra abierta de la Universidad Católica de Córdoba, un seminario interreligioso sobre los derechos humanos a la luz de las diversas tradiciones religiosas. Me permitió compartir una convicción arraigada en estos años de vida eclesial: “Cuando la promoción de la dignidad de la persona es el principio conductor que nos inspira, cuando la búsqueda del bien común es el compromiso predominante, entonces es cuando se ponen fundamentos sólidos y duraderos a la edificación de la paz. Por el contrario, si se ignoran o desprecian los derechos humanos, o la búsqueda de intereses particulares prevalece injustamente sobre el bien común, se siembran inevitablemente los gérmenes de la inestabilidad, la rebelión y la violencia”.

La dignidad de la persona humana es un valor trascendente, reconocido siempre como tal por cuantos buscan la verdad. En realidad, la historia entera de la humanidad se debe interpretar a la luz de esta convicción.

Toda persona, creada a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1, 26-28), y por tanto radicalmente orientada a su Creador, está en realización constante con los que tienen su misma dignidad. Por eso, allí donde los derechos y deberes se corresponden y refuerzan mutuamente, la promoción del bien del individuo se armoniza con el servicio al bien común.

Como nos enseñaron los últimos pontífices, cabe recordar que es peligroso el olvido de la verdad sobre la persona humana. Sin mucho esfuerzo se pueden ver los frutos de ideologías como el marxismo, el nazismo y el fascismo, así como también los mitos de la superioridad racial, del nacionalismo y del particularismo étnico.

No menos perniciosos son los efectos del consumismo materialista, en el cual la exaltación del individuo y la satisfacción egocéntrica de las aspiraciones personales se convierten en el objetivo de la vida. El individualismo egoísta hace pensar que las repercusiones negativas sobre los demás son consideradas del todo irrelevantes.

Es preciso reafirmar que ninguna ofensa a la dignidad humana puede ser ignorada, cualquiera que sea su origen, su modalidad o el lugar en que sucede.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es muy clara: reconoce los derechos que proclama, no los otorga. En efecto, estos son inherentes a la persona humana y a su dignidad. De aquí se desprende que nadie puede privar legítimamente de estos derechos a uno solo de sus semejantes, sea quien sea, porque sería ir contra su propia naturaleza. Todos los seres humanos, sin excepción, son iguales en dignidad.

Juan Pablo II se preguntaba años atrás: ¿cómo podría existir la guerra, si cada derecho humano fuera respetado? El respeto integral de los derechos humanos es el camino más seguro para estrechar relaciones sólidas entre los Estados.

La cultura de los derechos humanos no puede ser sino cultura de paz. Toda violación de estos contiene en sí el germen de un posible conflicto.

Para promover una cultura de derechos humanos que repercuta en las conciencias, es necesaria la colaboración de todas las fuerzas sociales.

Con este seminario, el Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) ofrece cada miércoles un espacio para reconocer cauces de trabajo por la paz desde las distintas tradiciones religiosas e invita a que nos comprometamos por el respeto a la dignidad humana y por el derecho a la paz como verdaderos patrimonios de la humanidad.

Pbro. Pedro J. Torres

Agenda Parroquial 10 al 16 de Setiembre


LUNES 10 DE SETIEMBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 11 DE SETIEMBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

MIÉRCOLES 12 DE SETIEMBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
18 hs: Catequesis Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 13 DE SETIEMBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Santa Misa
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

VIERNES 14 DE SETIEMBRE

16 a 20 hs: Té Bingo “12 Mujeres” (informes en secretaría)
19 hs: Adoración Eucarística
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
21:30 hs: Padres 2° Ciclo Ca. Fa.

SÁBADO 15 DE SETIEMBRE

 8 a 13 hs: Jornada Pastoral Zona 7 en Colegio Peña (todos invitados)
10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
18 hs: Bautismos.
19:30 hs: Santa Misa.

DOMINGO 16 DE SETIEMBRE

11 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXIII del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Jesús se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan que imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: “¡Ábrete!”. Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
(Mc 7,31-37)

Comentario
Hoy, la liturgia nos lleva a la contemplación de la curación de un hombre «sordo que, además, hablaba con dificultad» (Mc 7,32). Como en muchas otras ocasiones (el ciego de Betsaida, el ciego de Jerusalén, etc.), el Señor acompaña el milagro con una serie de gestos externos. Los Padres de la Iglesia ven resaltada en este hecho la participación mediadora de la Humanidad de Cristo en sus milagros. Una mediación que se realiza en una doble dirección: por un lado, el “abajamiento” y la cercanía del Verbo encarnado hacia nosotros (el toque de sus dedos, la profundidad de su mirada, su voz dulce y próxima); por otro lado, el intento de despertar en el hombre la confianza, la fe y la conversión del corazón.
En efecto, las curaciones de los enfermos que Jesús realiza van más mucho allá que el mero paliar el dolor o devolver la salud. Se dirigen a conseguir en los que Él ama la ruptura con la ceguera, la sordera o la inmovilidad anquilosada del espíritu. Y, en último término, una verdadera comunión de fe y de amor.
Al mismo tiempo vemos cómo la reacción agradecida de los receptores del don divino es la de proclamar la misericordia de Dios: «Cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban» (Mc 7,36). Dan testimonio del don divino, experimentan con hondura su misericordia y se llenan de una profunda y genuina gratitud.
También para todos nosotros es de una importancia decisiva el sabernos y sentirnos amados por Dios, la certeza de ser objeto de su misericordia infinita. Éste es el gran motor de la generosidad y el amor que Él nos pide. Muchos son los caminos por los que este descubrimiento ha de realizarse en nosotros. A veces será la experiencia intensa y repentina del milagro y, más frecuentemente, el paulatino descubrimiento de que toda nuestra vida es un milagro de amor. En todo caso, es preciso que se den las condiciones de la conciencia de nuestra indigencia, una verdadera humildad y la capacidad de escuchar reflexivamente la voz de Dios.
Rev. D. Óscar MAIXÉ i Altés (Roma, Italia)

Colecta Más por Menos


Colecta Más por Menos, es una colecta inspirada por la Conferencia Episcopal Argentina y organizada por la Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más Necesitadas. Se realiza en todas las misas de los segundos domingos de septiembre de cada año en todo el país, y muchas veces extendida en las Misas de todo el fin de semana.

Ayuda a paliar las dificultades de gran parte de la población del interior, especialmente aquella que se encuentra marginada en las zonas más pobres de Argentina. En la Argentina hay una profunda inequidad con muchos recursos por un lado y muchas necesidades por el otro. Esta colecta es un gesto que busca que estas dos realidades puedan encontrarse.

Significa brindar auxilio para que la Iglesia pueda llegar a todos con su mensaje de vida y su amor solidario. Sin excluir a nadie, esta colecta pretende ser un instrumento más para fortalecer con recursos la convocatoria a todos a asumir la Buena Noticia del Evangelio en una vida pastoral y comunitaria que ayude a formar ciudadanos responsables, honestos y justos.

Formas de donar. En todas las parroquias y capillas de la Arquidiócesis de Córdoba podrás hacer tu donación el sábado 8 y domingo 9 de Septiembre.

Setiembre: Mes de la Biblia


Durante todo el mes de Setiembre, la Iglesia celebra el MES DE LA BIBLIA. ¿Por qué celebramos en Septiembre el Mes de la Biblia?

En Setiembre recordamos (día 30) a San Jerónimo. La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, 'edición para el pueblo'), fue la Biblia oficial para la Iglesia Católica durante 15 siglos. Únicamente en los últimos años ha sido reemplazada por traducciones más modernas y más exactas, como por ej. La Biblia de Jerusalén y otras.

Y también porque en un día 26 de Septiembre de 1569, se termina de imprimir totalmente la Biblia en español llamada “Biblia del Oso”. Fue traducida por Casiodoro de Reina. En esa oportunidad salieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza. De ese acontecimiento hace ya 434 años. La tapa esta Biblia tiene un oso comiendo miel desde un panal, por esa razón se le llama “Biblia del oso”.

La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.

Propuestas para escuchar la Palabra

1 - La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están relacionados y lo que leemos hoy se continúa con lo de mañana. La lectura diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.

2 - ¿Has leído alguna vez un evangelio entero "de corrido"? Es muy interesante descubrir la trama de la vida de Jesús escrita por cada evangelista. Muchos detalles y relaciones entre los textos que cada evangelista utiliza quedan al descubierto cuando uno hace una lectura continuada. Este mes es propicio para ofrecerle a Dios este esfuerzo. Te recomendamos la lectura del evangelio de Marcos. No es muy largo, en unas horas se puede leer. Al ser el primero de los sinópticos, los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el esquema general. Por lo tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.

3 - Otra posibilidad para poner en práctica este mes (y tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo) es la oración con los salmos. Los mismos recogen la oración del pueblo de Dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida.

4 - La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
Lectura
Meditación
Oración
Compromiso

La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida. La lectura orante, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.

Agenda Parroquial 3 al 9 de Setiembre


LUNES 3 DE SETIEMBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santa Misa.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 4 DE SETIEMBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

MIÉRCOLES 5 DE SETIEMBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
18 hs: Sacramento Reconciliación Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santo Rosario y Lectura de la Palabra.
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 6 DE SETIEMBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Lectura de la Palabra.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

VIERNES 7 DE SETIEMBRE

19 hs: Adoración Eucarística
19:30 hs: Lectura de la Palabra.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.

SÁBADO 8 DE SETIEMBRE

 9:30 hs: Ca. Fa. Chicos 2° ciclo
10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
17:30 hs: Catequesis Bautismal
19:30 hs: Santa Misa.

DOMINGO 9 DE SETIEMBRE

11 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXII del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén, y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas. Es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».
Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».
(Mc 7,1-8.14-15.21-23)

Comentario
Hoy, la Palabra del Señor nos ayuda a discernir que por encima de las costumbres humanas están los Mandamientos de Dios. De hecho, con el paso del tiempo, es fácil que distorsionemos los consejos evangélicos y, dándonos o no cuenta, substituimos los Mandamientos o bien los ahogamos con una exagerada meticulosidad: «Al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas...» (Mc 7,4). Es por esto que la gente sencilla, con un sentido común popular, no hicieron caso a los doctores de la Ley ni a los fariseos, que sobreponían especulaciones humanas a la Palabra de Dios. Jesús aplica la denuncia profética de Isaías contra los religiosamente hipócritas («Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí»: [Mc 7,6].
En estos últimos años, Juan Pablo II, al pedir perdón en nombre de la Iglesia por todas las cosas negativas que sus hijos habían hecho a los largo de la historia, lo ha manifestado en el sentido de que «nos habíamos separado del Evangelio».
«Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre» (Mc 7,15), nos dice Jesús. Sólo lo que sale del corazón del hombre, desde la interioridad consciente de la persona humana, nos puede hacer malos. Esta malicia es la que daña a toda la Humanidad y a uno mismo. La religiosidad no consiste precisamente en lavarse las manos (¡recordemos a Pilatos que entrega a Jesucristo a la muerte!), sino mantener puro el corazón.
Dicho de una manera positiva, es lo que santa Teresa del Niño Jesús nos dice en sus Manuscritos biográficos: «Cuando contemplaba el cuerpo místico de Cristo (...) comprendí que la Iglesia tiene un corazón (...) encendido de amor». De un corazón que ama surgen las obras bien hechas que ayudan en concreto a quien lo necesita («Porque tuve hambre, y me disteis de comer...»: Mt 25,35).
Rev. D. Frederic RÀFOLS i Vidal (Barcelona, España)