Los cristianos decimos NO a Halloween


¿Por qué los cristianos le decimos «no» a Halloween? ¡Justamente porque somos cristianos! Halloween es una antigua fiesta pagana en la que los druidas (sacerdotes de ídolos) iban de casa en casa recaudando dinero para el dios Samain. Cuando una casa rehusaba cooperar, los sacerdotes maldecían y echaban maleficios a sus habitantes.

Aun con el riesgo de pasar por retrógrados, ¿cómo no levantarnos vigorosamente contra lo que supera el marco de una simple fiesta? Lo que debemos transmitir a nuestros hijos es un mensaje de paz, de amor, de vida: la buena nueva de Dios para la salvación de los hombres.

Leemos en Deuteronomio 30, 19: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida”

Agenda Parroquial 28 Oct. al 3 de Nov.


DOMINGO 28 DE OCTUBRE

Domingo XXX del Tiempo Ordinario.
11 hs: Santa Misa.
20 hs: Santa Misa.

LUNES 29 DE OCTUBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.

MARTES 30 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

MIÉRCOLES 31 DE OCTUBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 1 DE NOVIEMBRE

Celebración de Todos los Santos
9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

VIERNES 2 DE NOVIEMBRE

Conmemoración de los Fieles Difuntos
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Adoración Eucarística
20 hs: Santa Misa.

SÁBADO 3 DE NOVIEMBRE

10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
18:30 hs: Bautismos.
20 hs: Santa Misa y Sacramento de la Confirmación

Evangelio del Domingo XXX del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.
(Mc 10,46-52)

Comentario
Hoy, contemplamos a un hombre que, en su desgracia, encuentra la verdadera felicidad gracias a Jesucristo. Se trata de una persona con dos carencias: la falta de visión corporal y la imposibilidad de trabajar para ganarse la vida, lo cual le obliga a mendigar. Necesita ayuda y se sitúa junto al camino, a la salida de Jericó, por donde pasan muchos viandantes.
Por suerte para él, en aquella ocasión es Jesús quien pasa, acompañado de sus discípulos y otras personas. Sin duda, el ciego ha oído hablar de Jesús; le habrían comentado que hacía prodigios y, al saber que pasa cerca, empieza a gritar: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» (Mc 10,47). Para los acompañantes del Maestro resultan molestos los gritos del ciego, no piensan en la triste situación de aquel hombre, son egoístas. Pero Jesús sí quiere responder al mendigo y hace que lo llamen. Inmediatamente, el ciego se halla ante el Hijo de David y empieza el diálogo con una pregunta y una respuesta: «Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!’» (Mc 10,51). Y Jesús le concede doble visión: la física y la más importante, la fe que es la visión interior de Dios. Dice san Clemente de Alejandría: «Pongamos fin al olvido de la verdad; despojémonos de la ignorancia y de la oscuridad que, cual nube, ofuscan nuestros ojos, y contemplemos al que es realmente Dios».
Frecuentemente nos quejamos y decimos: —No sé rezar. Tomemos ejemplo entonces del ciego del Evangelio: Insiste en llamar a Jesús, y con tres palabras le dice cuanto necesita. ¿Nos falta fe? Digámosle: —Señor, aumenta mi fe. ¿Tenemos familiares o amigos que han dejado de practicar? Oremos entonces así: —Señor Jesús, haz que vean. ¿Es tan importante la fe? Si la comparamos con la visión física, ¿qué diremos? Es triste la situación del ciego, pero mucho más lo es la del no creyente. Digámosles: —El Maestro te llama, preséntale tu necesidad y Jesús te responderá generosamente.
Rev. D. Pere CAMPANYÀ i Ribó (Barcelona, España)

Jornada Pastoral 2012


El sábado 27 de Octubre se llevará a cabo la Jornada Pastoral Arquidiocesana. Monseñor Carlos Ñáñez, convoca a representantes de todas las comunidades para: “Celebrar, en la alegría del encuentro, el caminar juntos como Iglesia de Córdoba; así como conocer y ahondar en los rasgos fundamentales del Año 2013 y el espíritu en el cual estamos invitados a vivirlo.”

Nos encontramos en un momento especial del camino que vamos realizando, por ello será de gran importancia que todas las comunidades e instancias puedan estar presentes, ya que la propuesta y las motivaciones del próximo año tendrán rasgos particulares.

Están invitados a participar:

6 miembros por cada parroquia, incluyendo sacerdotes y jóvenes

2 integrantes de cada comunidad de religiosos y religiosas

2 representantes por cada colegio

3 representantes por cada Movimiento o Asociación

2 miembros de cada Comisión Diocesana.

El inicio de la jornada es a las 8.30 horas, finalizando a las 13 horas, y se llevará a cabo en el colegio “Inmaculada Concepción” de las Hermanas Concepcionistas, Av. Castro Barros 1316.

Celebrando el Tiempo Ordinario


Estamos en el Tiempo Ordinario de la Liturgia; pero “ordinario” no significa de poca importancia, anodino, insulso, incoloro. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación. Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano. Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.

El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres... así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 33 semanas del Tiempo Ordinario.

Crecer. Crecer. Crecer. El que no crece, se estanca, se enferma y muere. Debemos crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. Debemos crecer también en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos. ¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto! El Tiempo Ordinario se convierte así en un gimnasio auténtico para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad...y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

El espíritu del Tiempo Ordinario queda bien descrito en el prefacio VI dominical de la misa: “En ti vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

Este Tiempo Ordinario se divide como en dos “tandas”. Una primera, desde después de la Epifanía y el bautismo del Señor hasta el comienzo de la Cuaresma. Y la segunda, desde después de Pentecostés hasta el Adviento.

Les invito a aprovechar este Tiempo Ordinario con gran fervor, con esperanza, creciendo en las virtudes teologales. Es tiempo de gracia y salvación. Encontraremos a Dios en cada rincón de nuestro día. Basta tener ojos de fe para descubrirlo, no vivir miopes y encerrados en nuestro egoísmo y problemas. Dios va a pasar por nuestro camino. Y durante este tiempo miremos a ese Cristo apóstol, que desde temprano ora a su Padre, y después durante el día se desvive llevando la salvación a todos, terminando el día rendido a los pies de su Padre, que le consuela y le llena de su infinito amor, de ese amor que al día siguiente nos comunicará a raudales. Si no nos entusiasmamos con el Cristo apóstol, lleno de fuerza, de amor y vigor... ¿Con quién nos entusiasmaremos?

¡Cristo, déjanos acompañarte durante este Tiempo Ordinario, para que aprendamos de ti a cómo comportarnos con tu Padre, con los demás, con los acontecimientos prósperos o adversos de la vida! Vamos contigo, ¿a quién temeremos? Queremos ser santos para santificar y elevar a nuestro mundo.

Autor: P. Antonio Rivero
Fuente: Catholic.net

Agenda Parroquial 21 al 27 de Octubre


DOMINGO 21 DE OCTUBRE

¡Feliz Día a todas las Madres!
Domingo XXIX del Tiempo Ordinario.
11 hs: Santa Misa.
20 hs: Santa Misa.

LUNES 22 DE OCTUBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 23 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 25 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

VIERNES 26 DE OCTUBRE

19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Adoración Eucarística
20 hs: Santa Misa.

SÁBADO 27 DE OCTUBRE

8:30 a 13:30 hs: Jornada Pastoral en Colegio Concepcionistas.
10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
17:30 hs: Catequesis Bautismal.
20 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXIX del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercan a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado».
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
(Mc 10,35-45)

Comentario
Hoy, nuevamente, Jesús trastoca nuestros esquemas. Provocadas por Santiago y Juan, han llegado hasta nosotros estas palabras llenas de autenticidad: «Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida» (Mc 10,45).
¡Cómo nos gusta estar bien servidos! Pensemos, por ejemplo, en lo agradable que nos resulta la eficacia, puntualidad y pulcritud de los servicios públicos; o nuestras quejas cuando, después de haber pagado un servicio, no recibimos lo que esperábamos. Jesucristo nos enseña con su ejemplo. Él no sólo es servidor de la voluntad del Padre, que incluye nuestra redención, ¡sino que además paga! Y el precio de nuestro rescate es su Sangre, en la que hemos recibido la salvación de nuestros pecados. ¡Gran paradoja ésta, que nunca llegaremos a entender! Él, el gran rey, el Hijo de David, el que había de venir en nombre del Señor, «se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres (…) haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Fl 2,7-8). ¡Qué expresivas son las representaciones de Cristo vestido como un Rey clavado en cruz! En Cataluña tenemos muchas y reciben el nombre de “Santa Majestad”. A modo de catequesis, contemplamos cómo servir es reinar, y cómo el ejercicio de cualquier autoridad ha de ser siempre un servicio.
Jesús trastoca de tal manera las categorías de este mundo que también resitúa el sentido de la actividad humana. No es mejor el encargo que más brilla, sino el que realizamos más identificados con Jesucristo-siervo, con mayor Amor a Dios y a los hermanos. Si de veras creemos que «nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos» (Jn 15,13), entonces también nos esforzaremos en ofrecer un servicio de calidad humana y de competencia profesional con nuestro trabajo, lleno de un profundo sentido cristiano de servicio. Como decía la Madre Teresa de Calcuta: «El fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz».
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España) 

La Píldora del día después. Mensaje de Pastoral Social


En el marco del compromiso con la defensa de “Toda Vida, Toda la Vida” adoptado por la Iglesia de Córdoba, la Pastoral Social Arquidiocesana se dirige en esta oportunidad a la comunidad cristiana para abordar una cuestión que atenta de manera directa contra la vida: el uso indiscriminado de la píldora del día después.

Se trata de una práctica social que hoy se ha vuelto habitual, sobre todo entre las jóvenes e incluso entre las adolescentes, cuyas consecuencias pueden ser muy graves.

Para leer el documento completo hacer clic acá.

Agenda Parroquial 15 al 21 de Octubre


LUNES 15 DE OCTUBRE

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.
19 hs: Ordenación Diaconal de José María Molina en la Iglesia Santa Catalina.
MARTES 16 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

MIÉRCOLES 17 DE OCTUBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 18 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

VIERNES 19 DE OCTUBRE

19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Adoración Eucarística
20 hs: Santa Misa.

SÁBADO 20 DE OCTUBRE

10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
18:30 hs: Bautismos.
20 hs: Santa Misa.

DOMINGO 21 DE OCTUBRE

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario.
11 hs: Santa Misa.
20 hs: Santa Misa.

Córdoba inicia junto a María el Año de la Fe


El 14 de Octubre se celebrará la Fiesta en honor a la Patrona de Córdoba Nuestra Señora del Rosario del Milagro, modelo de la Iglesia Peregrina, de Mujer Creyente y Comprometida con la historia. Esta celebración que tiene como lema "Feliz de Ti porque has creído" marcará el comienzo del Año de la Fe en la Arquidiócesis de Córdoba. Por tal motivo Monseñor Carlos Ñáñez invita a toda la comunidad: sacerdotes, consagrados y laicos a unirse a esta celebración y al solemne inicio del “Año de la fe” en Córdoba.

A todos los miembros de la comunidad Arquidiocesana
Queridos hermanos y hermanas:

El Papa Benedicto XVI dio comienzo al “Año de la fe” en la ciudad de Roma el 11 de octubre, quincuagésimo aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II. El Santo Padre ha pedido que también en cada Iglesia local se abra el “Año de la fe” con una celebración especial.

Acogiendo el pedido del Papa, en Córdoba concretaremos el inicio de este año especial uniéndolo al festejo de la Patrona de la Arquidiócesis, la Santísima Virgen del Rosario del Milagro, que este año tendrá lugar el domingo 14 de octubre a partir de las 17 hs. A esa hora comenzará desde la Basílica de Santo Domingo la procesión que culminará con la Eucaristía en la plaza Vélez Sarsfield.

La procesión y la Eucaristía en honor de María Santísima, estará presidida por el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Emil Paul Tscherrig, quien nos honrará con su presencia y nos brindará la oportunidad para expresar y renovar nuestro compromiso de sincera comunión con el sucesor de Pedro, el Papa.

Invito cordialmente a todos los sacerdotes, consagrados y laicos a unirse a la celebración de la Patrona de la Arquidiócesis y al solemne inicio del “Año de la fe” en Córdoba.

Los saludo muy cordialmente y pido al Señor que los bendiga con abundancia.

+  Carlos  José  Ñáñez
Arzobispo de Córdoba

Lunes 15 de Octubre: Ordenaciones Diaconales


El lunes 15 de Octubre serán ordenados diáconos: “nuestro” José María Molina, Rodrigo Longo, Pablo Márquez y Nicolás Pedernera del Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto.

La celebración que estará presidida por Mons. Carlos Ñáñez tendrá lugar en el Monasterio Santa Catalina de Siena a las 19 horas.

“Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Jn. 13, 15), es el pasaje bíblico que eligieron los seminaristas para acompañar este momento y esta celebración especial.
Oración:
Señor Jesús, que lavaste los pies a tus discípulos enseñándonos que el amor verdadero se muestra en el servicio a los hermanos: Concede a José María, Nicolás, Pablo y Rodrigo, que serán ordenados diáconos, la gracia de amar como vos nos amaste, compartiendo los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de hoy -especialmente de los pobres y afligidos- partiendo para ellos en la comunión de la Iglesia el pan de la Palabra y de la Eucaristía, del consuelo, de la solidaridad y de la paz, con la humilde y sincera alegría de servir. Amén.

Invitamos a la comunidad de nuestra Parroquia Nuestra Señora del Valle a acompañar a José María en esta ceremonia tan trascendente para su vida consagrada a Jesús.

Se inicia el "Año de la Fe"

"Quiero anunciar en esta Celebración Eucarística que he decidido convocar un «Año de la Fe» que ilustraré con una carta apostólica especial. Este Año de la Fe comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo" (Homilía de Benedicto XVI en la santa Misa para la nueva evangelización, 16 octubre 2011).

Con estas palabras, el Santo Padre ha convocado a toda la Iglesia a movilizarse a favor de la gran empresa de la fe en nuestro tiempo.

¿Qué sentido da el Papa a este Año de la fe? ¿Qué objetivos pretende con él? La respuesta la hallaremos en los dos documentos con los que fueron convocados los dos años de la fe después del Concilio Vaticano II: el de Pablo VI (1967) y ahora el de Benedicto XVI:

1) "Para confirmar nuestra fe rectamente expresada" (Pablo VI), "redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada" (Benedicto XVI).

2) "Para promover el estudio de las enseñanzas del Concilio Vaticano II" (Pablo VI), "con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza" (Benedicto XVI).

3) "Para sostener los esfuerzos de los católicos que buscan profundizar las verdades de la fe" (Pablo VI); "intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo" (Benedicto XVI).

A estos fines comunes a los dos Papas, Benedicto XVI añade, fijándose en las circunstancias actuales, algunos más:

A) "Invitar a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo".

B) "Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe".

C) "Suscitar en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza".

D) "Comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios".

¡Un año entero para ello hará mucho bien a toda la comunidad de la iglesia!

Benedicto XVI propone el Catecismo, en este Año de la Fe, "como un verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural" (Porta fidei, no. 12).

En las parroquias, en las escuelas privadas o públicas, el Catecismo brinda un apoyo insustituible para la enseñanza de la fe a los niños y jóvenes. Un cierto vaciamiento de la fe objetiva, que hoy se presiente en muchas iglesias particulares, tal vez sea debido a que se ha dejado de lado una referencia explícita al Catecismo de la Iglesia Católica. Quizás en estos últimos decenios se ha incubado y luego desarrollado el peligro de dar preferencia a los métodos, a la pedagogía, a los sentimientos, sobre los contenidos.

El Año de la Fe puede ayudar a la catequesis, también a la de adultos, a conseguir un equilibrio, una armonía entre pedagogía y teología, entre el contenido de la fe y las formas de comunicarlo a los demás. El papa Ratzinger ha invitado a la Congregación para la Doctrina de la Fe a que, redacte una Nota con la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentes algunas indicaciones para vivir este año de la fe de la manera más eficaz y apropiada, ayudándoles a creer y evangelizar (Porta fidei, no. 12).

En la sociedad en que vivimos se entrecruzan los cristianos con hermanos en la fe, que ahora son indiferentes y viven al margen de ella; con hombres y mujeres de otras religiones, o que no son creyentes, aunque busquen sinceramente y de corazón la verdad. En este año de la fe, es importante para todos tomar en las manos el Catecismo de la Iglesia Católica, leerlo, reflexionarlo, dejar que la verdad y belleza de la fe que en él se expresa echen raíces en el corazón y florezcan en frutos de luz, de conversión y renovación, de gozo y de paz. A los no creyentes la lectura del Catecismo puede constituir una llamada amorosa de Dios.

Que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.




Texto completo de la Carta Apostólica PORTA FIDEI:

Agenda Parroquial 8 al 14 de Octubre


LUNES 8 DE OCTUBRE

FERIADO
18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 9 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

MIÉRCOLES 10 DE OCTUBRE

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 11 DE OCTUBRE

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.
20 hs: Santa Misa.

VIERNES 12 DE OCTUBRE

19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Adoración Eucarística
20 hs: Santa Misa.

SÁBADO 13 DE OCTUBRE

10 a 13 hs: Mercado de Pulgas, Feria de Verano (organizan "12 mujeres")
10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
17:30 hs: Catequesis Bautismal.
20 hs: Santa Misa.

DOMINGO 14 DE OCTUBRE

11 hs: Santa Misa.
20 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
(Mc 10,2-16)

Comentario
Hoy, los fariseos quieren poner a Jesús nuevamente en un compromiso planteándole la cuestión sobre el divorcio. Más que dar una respuesta definitiva, Jesús pregunta a sus interlocutores por lo que dice la Escritura y, sin criticar la Ley de Moisés, les hace comprender que es legítima, pero temporal: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto» (Mc 10,5).
Jesús recuerda lo que dice el Libro del Génesis: «Al comienzo del mundo, Dios los creó hombre y mujer» (Mc 10,6, cf. Gn 1,27). Jesús habla de una unidad que será la Humanidad. El hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer, siendo uno con ella para formar la Humanidad. Esto supone una realidad nueva: Dos seres forman una unidad, no como una "asociación", sino como procreadores de Humanidad. La conclusión es evidente: «Lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Mc 10,9).
Mientras tengamos del matrimonio una imagen de "asociación", la indisolubilidad resultará incomprensible. Si el matrimonio se reduce a intereses asociativos, se comprende que la disolución aparezca como legítima. Hablar entonces de matrimonio es un abuso de lenguaje, pues no es más que la asociación de dos solteros deseosos de hacer más agradable su existencia. Cuando el Señor habla de matrimonio está diciendo otra cosa. El Concilio Vaticano II nos recuerda: «Este vínculo sagrado, con miras al bien, ya de los cónyuges y su prole, ya de la sociedad, no depende del arbitrio humano. Dios mismo es el autor de un matrimonio que ha dotado de varios bienes y fines, todo lo cual es de una enorme trascendencia para la continuidad del género humano» (Gaudium et spes, n. 48).
De regreso a casa, los Apóstoles preguntan por las exigencias del matrimonio, y a continuación tiene lugar una escena cariñosa con los niños. Ambas escenas están relacionadas. La segunda enseñanza es como una parábola que explica cómo es posible el matrimonio. El Reino de Dios es para aquellos que se asemejan a un niño y aceptan construir algo nuevo. Lo mismo el matrimonio, si hemos captado bien lo que significa: dejar, unirse y devenir.
Rev. D. Fernando PERALES i Madueño (Terrassa, Barcelona, España)     

Una grata invitación


Este domingo a las 20 horas, en nuestra Parroquia, 
José María, nuestro querido seminarista 
ya muy próximo a ordenarse como Diácono y más adelante como Sacerdote, 
hará su profesión pública de proclamar la fe de la Iglesia, 
bajo la lectura del credo Niceno-Constantinopolitano 
y jurará bajo fórmula y los Evangelios 
la fidelidad y la libertad de aceptar las obligaciones 
del ministerio diaconal y sacerdotal.
Todos estamos invitados a acompañarlo en tan grato evento, 
rezaremos por su ministerio y agradeceremos a Dios 
por la vocación de este hermano nuestro tan querido por todos.

Cruzar el umbral de la fe


Carta del Cardenal Bergoglio por el próximo comienzo del Año de la Fe, a los sacerdotes, consagrados y fieles laicos.

Queridos hermanos:

Entre las experiencias más fuertes de las últimas décadas está la de encontrar puertas cerradas. La creciente inseguridad fue llevando, poco a poco, a trabar puertas, poner medios de vigilancia, cámaras de seguridad, desconfiar del extraño que llama a nuestra puerta. Sin embargo, todavía en algunos pueblos hay puertas que están abiertas. La puerta cerrada es todo un símbolo de este hoy. Es algo más que un simple dato sociológico; es una realidad existencial que va marcando un estilo de vida, un modo de pararse frente a la realidad, frente a los otros, frente al futuro. La puerta cerrada de mi casa, que es el lugar de mi intimidad, de mis sueños, mis esperanzas y sufrimientos así como de mis alegrías, está cerrada para los otros. Y no se trata sólo de mi casa material, es también el recinto de mi vida, mi corazón. Son cada vez menos los que pueden atravesar ese umbral. La seguridad de unas puertas blindadas custodia la inseguridad de una vida que se hace más frágil y menos permeable a las riquezas de la vida y del amor de los demás.

La imagen de una puerta abierta ha sido siempre el símbolo de luz, amistad, alegría, libertad, confianza. ¡Cuánto necesitamos recuperarlas! La puerta cerrada nos daña, nos anquilosa, nos separa.

Iniciamos el Año de la fe y paradójicamente la imagen que propone el Papa es la de la puerta, una puerta que hay que cruzar para poder encontrar lo que tanto nos falta. La Iglesia, a través de la voz y el corazón de Pastor de Benedicto XVI, nos invita a cruzar el umbral, a dar un paso de decisión interna y libre: animarnos a entrar a una nueva vida.

La puerta de la fe nos remite a los Hechos de los Apóstoles: “Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe” (Hechos 14,27).  Dios siempre toma la iniciativa y no quiere que nadie quede excluido. Dios llama a la puerta de nuestros corazones: Mira, estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz y abre la puerta entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Ap. 3, 20). La fe es una gracia, un regalo de Dios. “La fe sólo crece y se fortalece creyendo; en un abandono continuo en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios”

Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida mientras avanzamos delante de tantas puertas que hoy en día se nos abren, muchas de ellas puertas falsas, puertas que invitan de manera muy atractiva pero mentirosa a tomar camino, que prometen una felicidad vacía, narcisista y con fecha de vencimiento; puertas que nos llevan a encrucijadas en las que, cualquiera sea la opción que sigamos, provocarán a corto o largo plazo angustia y desconcierto, puertas autorreferenciales que se agotan en sí mismas y sin garantía de futuro. Mientras las puertas de las casas están cerradas, las puertas de los shoppings están siempre abiertas. Se atraviesa la puerta de la fe, se cruza ese umbral, cuando la Palabra de Dios es anunciada y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Una gracia que lleva un nombre concreto, y ese nombre es Jesús. Jesús es la puerta.  (Juan 10:9)  “Él, y Él solo, es, y siempre será, la puerta. Nadie va al Padre sino por Él. (Jn. 14.6)” Si no hay Cristo, no hay camino a Dios. Como puerta nos abre el camino a Dios y como Buen Pastor es el Único que cuida de nosotros al costo de su propia vida.

Jesús es la puerta y llama a nuestra puerta para que lo dejemos atravesar el umbral de nuestra vida. No tengan miedo… abran de par en par las puertas a Cristo nos decía el Beato Juan Pablo II al inicio de su pontificado. Abrir las puertas del corazón como lo hicieron los discípulos de Emaús, pidiéndole que se quede con nosotros para que podamos traspasar las puertas de la fe y el mismo Señor nos lleve a comprender las razones por las que se cree, para después salir a anunciarlo. La fe supone decidirse a estar con el Señor para vivir con él y compartirlo con los hermanos.

Damos gracias a Dios por esta oportunidad de valorar nuestra vida de hijos de Dios, por este camino de fe que empezó en nuestra vida con las aguas del bautismo, el inagotable y fecundo rocío que nos hace hijos de Dios y miembros hermanos en la Iglesia. La meta, el destino o fin es el encuentro con Dios con quien ya hemos entrado en comunión y que quiere restaurarnos, purificarnos, elevarnos, santificarnos, y darnos la felicidad que anhela nuestro corazón.

Iniciar este año de la fe es una nueva  llamada a ahondar en nuestra vida esa fe recibida. Profesar la fe con la boca implica vivirla en el corazón y mostrarla con las obras: un testimonio y un compromiso público. El discípulo de Cristo, hijo de la Iglesia, no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. Desafío importante y fuerte para cada día, persuadidos de que el que comenzó en ustedes la buena obra la perfeccionará hasta el día, de  Jesucristo. (Fil.1:6) Mirando nuestra realidad, como discípulos misioneros, nos preguntamos: ¿a qué nos desafía cruzar el umbral de la fe?

Cruzar el umbral de la fe nos desafía a descubrir que si bien hoy parece que reina la muerte en sus variadas formas y que la historia se rige por la ley del más fuerte o astuto y si el odio y la ambición funcionan como motores de tantas luchas humanas, también estamos absolutamente convencidos de que esa triste realidad puede cambiar y debe cambiar, decididamente porque “si Dios está con nosotros ¿quién podrá contra nosotros? (Rom. 8:31,37)

Cruzar el umbral de la fe supone  no sentir vergüenza de tener un corazón de niño que, porque todavía cree en los imposibles, puede vivir en la esperanza: lo único capaz de dar sentido y transformar la historia. Es pedir sin cesar, orar sin desfallecer y adorar para que se nos transfigure la mirada.

Cruzar el umbral de la fe nos lleva a implorar para cada uno “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp. 2, 5) experimentando así una manera nueva de pensar, de comunicarnos, de mirarnos, de respetarnos, de estar en familia, de plantearnos el futuro, de vivir el amor, y la vocación.

Cruzar el umbral de la fe es actuar, confiar en la fuerza del Espíritu Santo presente en la Iglesia y que también se manifiesta en los signos de los tiempos, es acompañar el constante movimiento de la vida y de la historia sin caer en el derrotismo paralizante de que todo tiempo pasado fue mejor; es urgencia por pensar de nuevo, aportar de nuevo, crear de nuevo, amasando la vida con “la nueva levadura de la  justicia y la santidad”. (1 Cor 5:8)

Cruzar el umbral de la fe implica tener ojos de asombro y un corazón no perezosamente acostumbrado, capaz de reconocer que cada vez que una mujer da a luz se sigue apostando a la vida y al futuro, que cuando cuidamos la inocencia de los chicos garantizamos la verdad de un mañana y cuando mimamos la vida entregada de un anciano hacemos un acto de justicia y acariciamos nuestras raíces.

Cruzar el umbral de la fe es el trabajo vivido con dignidad y vocación de servicio, con la abnegación del que vuelve una y otra vez a empezar sin aflojarle a la vida, como si todo lo ya hecho fuera sólo un paso en el camino hacia el reino, plenitud de vida. Es la silenciosa espera después de la siembra cotidiana, contemplar el fruto recogido dando gracias al Señor porque es bueno y pidiendo que no abandone la obra de sus manos. (Sal 137)

Cruzar el umbral de la fe exige  luchar por la libertad y la convivencia aunque el entorno claudique, en la certeza de que el Señor nos pide practicar el derecho, amar la bondad, y caminar humildemente con nuestro Dios. (Miqueas 6:8)

Cruzar el umbral de la fe entraña la permanente conversión de nuestras actitudes, los modos y los tonos con los que vivimos; reformular y no emparchar o barnizar, dar la nueva forma que imprime Jesucristo a aquello que es tocado por su mano y su evangelio de vida, animarnos a hacer algo inédito por la sociedad y por la Iglesia; porque “El que está en Cristo es una nueva criatura”. (2 Cor 5,17-21)

Cruzar el umbral de la fe nos lleva a  perdonar y saber arrancar una sonrisa, es acercarse a todo aquel que vive en la periferia existencial y llamarlo por su nombre, es cuidar las fragilidades de los más débiles y sostener sus rodillas vacilantes con la certeza de que lo que hacemos por el más pequeño de nuestros hermanos al mismo Jesús lo estamos haciendo. (Mt. 25, 40)

Cruzar el umbral de la fe supone celebrar la vida, dejarnos transformar porque nos hemos hecho uno con Jesús en la mesa de la eucaristía celebrada en comunidad, y de allí estar con  las manos y el corazón ocupados trabajando en el gran proyecto del Reino: todo lo demás nos será dado por añadidura. (Mt. 6.33)

Cruzar el umbral de la fe es vivir en el espíritu del Concilio y de Aparecida, Iglesia de puertas abiertas no sólo para recibir sino fundamentalmente para salir y llenar de evangelio la calle y la vida de los hombres de nuestros tiempo.

Cruzar el umbral de la fe para nuestra Iglesia Arquidiocesana, supone  sentirnos confirmados en la Misión de ser una Iglesia que vive, reza y trabaja en clave misionera.

Cruzar el umbral de la fe es, en definitiva, aceptar la novedad de la vida del Resucitado en nuestra pobre carne para hacerla signo de la vida nueva.

Meditando todas estas cosas miremos a María. Que Ella, la Virgen Madre, nos acompañe en este cruzar el umbral de la fe y traiga sobre nuestra Iglesia el Espíritu Santo, como en Nazaret, para que igual que ella adoremos al Señor y salgamos a anunciar las maravillas que ha hecho en nosotros.

Cardenal Jorge Bergoglio
Buenos Aires, 1 de Octubre de 2012