Evangelio del Domingo 3 del Tiempo Ordinario

Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido». Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado».
Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mt 4,12-23)

El adiós a Milena


Informamos a la comunidad que  la señora Milena Martincich, que por más de 25 años ha sido la secretaria de la Parroquia, ha finalizado su peregrinar por este mundo y ahora ya descansa en paz en los brazos del Señor.

Después de soportar con fortaleza y estoicismo las alternativas de una larga enfermedad, asistida por el amor de su familia y el auxilio de los sacramentos, Milena entregó su alma a Dios.

Elevamos en silencio respetuoso una oración por ella y acompañamos en el dolor a sus familiares. 

Evangelio del Domingo 2 del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, vio Juan venir Jesús y dijo: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que Él sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios». (Jn 1,29-34)

Semana Brocheriana 2014

En el año del Centenario de la Pascua del Beato José Gabriel del Rosario Brochero, la Diócesis de Cruz del Eje invita a celebrar la Semana Brocheriana del 17 al 26 de Enero de 2014.

Todos los días se celebrarán tres misas, a las 7, 11 y 21 horas, en las que predicará el sacerdote R.P. Julio Merediz (SJ). En tanto, una hora antes habrá confesiones, y durante todos estos días a las 20 horas se ofrecerá un tiempo de adoración al Santísimo Sacramento.

El viernes 17 de Enero a las 21 horas se celebrará la misa de inicio de la Semana Brocheriana que estará presidida por Monseñor Santiago Olivera, Obispo de Cruz del Eje. Movilizados por el testimonio de trabajo pastoral del Beato Cura Brochero, el sábado 18 de Enero a las 9 de la mañana se realizará un gesto Brocheriano comunitario “Manos a la Obra”, donde entre todos comenzarán a cavar los cimientos del Campanario y de la casa del Peregrino.

También la Semana en honor a Brochero ofrecerá un tiempo de Espiritualidad a cargo del Pbro. Marcos Sánchez, del 20 al 24 de Enero a las 10 de la mañana en la Capilla de la Casa de Ejercicios.

Solemne procesión y misa

El 25 de enero después de la misa de 21 horas se realizará la Solemne procesión con la Purísima a la Casa del Cura y celebración de la Pascua del Beato Brochero quien falleció el 26 de Enero de 1914.

Programa 26 de enero

Desde las 0:00 hasta las 2 de la mañana: Adoración al Santísimo Sacramento y confesiones.
7 de la mañana Santa Misa (en el Santuario) para personas que trabajan o deben viajar temprano.
10.00: Solemne Eucaristía presidida por Mons. Santiago Olivera Obispo de Cruz del Eje y concelebrada por Obispos de todo el país, sacerdotes y peregrinos en el Predio del Obispado.
21.00: Santa Misa.

Noches de Cultura y oración – después de la santa misa.

Lunes 20: José Luis Serrano y Doña Jovita
Martes 21: Proyección de “Brochero, un Pastor con olor a oveja”.
Miércoles 22: Estampas Brocherianas
Jueves 23: Proyección del Documental “Padre Brochero, Proceso de Canonización”.

Fuente: Arzobispado de Córdoba

Bautismo del Señor

En aquel tiempo, Jesús vino de Galilea al Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?». Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia». Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre Él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco». (Mt 3,13-17)

Audiencia Papal

Esta es una hermosa imagen que refleja la audiencia privada que el Papa Francisco concedió hoy 7 de enero en el Vaticano al Arzobispo de Córdoba Mons. Carlos José Ñáñez y al Obispo Auxiliar de Córdoba Mons. Pedro Javier Torres.

Una foto para guardar siempre...

Fiesta de la Epifanía del Señor

Hoy, al celebrar la Epifanía (Manifestación) del Señor, recordamos a los Reyes Magos.

Hay muchas cosas que tenemos que aprender de ellos: su capacidad para ver la estrella, abiertos y vigilantes a la llamada de Dios. Ellos saben distinguir perfectamente los signos de los tiempos. No son hombres distraídos. Escuchan la voz del cielo y la su propio corazón.

Tienen disponibilidad para dejarlo todo y ponerse en camino. No son hombres instalados, apegados a cosas y lugares, porque viven de la esperanza. Son hombres libres “de” toda atadura y libres “para” todo aventura, hambrientos de luz y de Dios.

Nos enseñan su constancia en el seguimiento de la estrella. No les faltaron dudas y pruebas en el camino. Ellos pasaron también por la noche, cuando no se ve ni se siente ni se entiende nada; lo difícil de la noche, cuando Dios es silencio y hasta los más queridos nos abandonan.

Supieron hacer lectura de los hechos. Cuando la estrella se para ante la casa pobre, no se escandalizan y lo reconocen como Mesías. La mayoría del pueblo judío no fue capaz de hacer esta lectura. Y es que Dios es siempre sorprendente, se viste de sencillo y solo se manifiesta a los humildes y los pequeños.

Luego “cayendo de rodillas lo adoraron”. No basta con ver. La fe es entrega y amor. Ellos, más que el oro, incienso y mirra, ofrecieron su corazón. Creyeron y adoraron.

Tuvieron capacidad de cambio. Fueron capaces de volver por otro camino. Es cosa segura que Dios cambia siempre nuestros planes. Creer es vivir confiados en la inseguridad.

Se transformaron: en el viaje de vuelta ya no necesitaban estrellas, porque la estrella la llevaban dentro. Era tal la luz y la alegría que recibieron, que ellos mismos se convirtieron en estrellas. Y por donde quiera que pasaban iban dando testimonio de lo que habían visto y oído.

Fueron misioneros de la alegría y el amor.

Evangelio del Domingo 2° de Navidad

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado. (Jn 1,1-18)