Invitación a orar


Las comunidades de nuestra Arquidiócesis de Córdoba, parroquias, colegios, movimientos y asociaciones, fueron invitados por el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñáñez a proponer un momento de oración y reflexión en torno al tema de la reforma del Código Civil.

En este sentido la Conferencia Episcopal Argentina convocó para este fin de semana a jornadas de oración y reflexión que permitan abordar el conocimiento de temas que trata el proyecto de reforma del Código Civil. Así lo dejó expresado en el punto 8 de la Declaración el pasado 22 de Agosto, "Invitamos a las comunidades parroquiales, educativas, instituciones y movimientos a organizar en las próximas semanas alguna jornada de oración y reflexión. En comunidad podremos orar a Dios, Padre de todo bien, a Jesucristo el Señor, y al Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Pidamos que bendiga a nuestra Patria e ilumine a nuestros legisladores y gobernantes, concediéndoles la sabiduría necesaria para trabajar por la paz, la amistad social y la defensa de todas las personas, privilegiando a los más pobres y débiles. Hagámoslo a semejanza de la primera comunidad cristiana, íntimamente unidos, dedicados a la oración y la reflexión, en compañía de María, la madre de Jesús y madre nuestra de Luján”.

En esta misma página parroquial, con fecha 25 de agosto de 2012 hemos publicado el documento de los obispos participantes de la 162º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) titulado: “El Código Civil y nuestro estilo de vida”.

Para leerlo puedes hacer clic acá

Estén siempre alegres en el Señor


El Apóstol nos manda alegrarnos, pero en el Señor, no en el mundo. Pues, como afirma la Escritura: El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios.

Pues del mismo modo que un hombre no puede ser dos señores, tampoco puede alegrarse en el mundo y en el Señor.

Que el gozo en el Señor sea el triunfador, mientras se extingue el gozo en el mundo. El gozo en el Señor siempre debe ir creciendo, mientras que el gozo en el mundo ha de ir disminuyendo hasta que se acabe.

No afirmamos esto como si no debiéramos alegrarnos mientras estamos en este mundo, sino en el sentido de que debemos alegrarnos en el Señor también cuando estamos en este mundo.

Pero alguno puede decir: "Estoy en el mundo, por tanto, si me alegro, me alegro allí donde estoy". ¿Pero es que por estar en el mundo no estás en el Señor?

Escucha al apóstol Pablo cuando habla a los atenienses, según refieren los Hechos de los Apóstoles, y afirma de Dios, Señor y Creador nuestro: “En él vivimos, nos movemos y existimos. El que está en todas partes, ¿en dónde no está? ¿Acaso no nos exhortaba precisamente a esto?”

El Señor está cerca; nada os preocupe.

Gran cosa es ésta: el mismo que asciende sobre todos los cielos está cercano a quienes se encuentran en la tierra. ¿Quién es éste, lejano y próximo, sino aquel que por su benignidad se ha hecho próximo a nosotros?

Por tanto, hermanos, estad alegres en el Señor, no en el mundo: es decir, alegraos en la verdad, no en la iniquidad; alegraos con la esperanza de la eternidad, no con las flores de la vanidad.

Alegraos de tal forma que sea cual sea la situación en la que os encontréis, tengáis presente que el Señor está cerca; nada os preocupe.

San Agustín 


Agenda Parroquial 27 de Agosto al 2 de Setiembre


LUNES 27 DE AGOSTO

18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 28 DE AGOSTO

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

MIÉRCOLES 29 DE AGOSTO

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
18 hs: Sacramento Reconciliación Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 30 DE AGOSTO

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

VIERNES 31 DE AGOSTO

18 hs: Sacramento de la Reconciliación – 2° Ciclo Ca. Fa.
19 hs: Adoración Eucarística
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.

SÁBADO 1 DE SETIEMBRE

10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
18 hs: Bautismos
19:30 hs: Santa Misa.

DOMINGO 2 DE SETIEMBRE

11 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XXI del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, muchos de los que hasta entonces habían seguido a Jesús dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios».
(Jn 6,60-69)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos sitúa en Cafarnaúm, donde Jesús es seguido por muchos por haber visto sus milagros, en especial por la multiplicación espectacular de los panes. Socialmente, Jesús allí tiene el riesgo de morir de éxito, como se dice frecuentemente; incluso lo quieren nombrar rey. Es un momento clave dentro de la catequesis de Jesús. Es el momento en el que comienza a exponer con toda claridad la dimensión sobrenatural de su mensaje. Y, como que Jesús es tan buen catequista, sacerdote perfecto, el mejor obispo y papa, les deja marchar, siente pena, pero Él es fiel a su mensaje, el éxito popular no lo ciega.
Decía un gran sacerdote que, a lo largo de la historia de la Iglesia, han caído personas que parecían columnas imprescindibles: «Se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Tú y yo podemos caer, “pasar”, marchar, criticar, “ir a la nuestra”. Con humildad y confianza digámosle al buen Jesús que queremos serle fieles hoy, mañana y todos los días; que nos haga ver el poco sentido evangélico que tiene discutir las enseñanzas de Dios o de la Iglesia por el hecho de que “no los entiendo”: «Señor, ¿a quién iremos?» (Jn 6,68). Pidamos más sentido sobrenatural. Sólo en Jesús y dentro de su Iglesia encontramos la Palabra de vida eterna: «Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).
Como Pedro, nosotros sabemos que Jesús nos habla con lenguaje sobrenatural, lenguaje que hay que sintonizar correctamente para entrar en su pleno sentido; en caso contrario sólo oímos ruidos incoherentes y desagradables; hay que afinar la sintonía. Como Pedro, también en nuestra vida de cristianos tenemos momentos en los que hay que renovar y manifestar que estamos en Jesús y que queremos seguir con Él. Pedro amaba a Jesucristo, por eso se quedó; los otros lo querían por el pan, por los “caramelos”, por razones políticas y lo dejan. El secreto de la fidelidad es amar, confiar. Pidamos a la Virgo fidelis que nos ayude hoy y ahora a ser fieles a la Iglesia que tenemos.
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)

El Código Civil y nuestro estilo de vida


Los obispos participantes de la 162º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) dieron a conocer un mensaje titulado: “El Código Civil y nuestro estilo de vida”.

En el documento llaman a “renovar nuestro compromiso ciudadano colaborando en el debate por la reforma del Código Civil” y advierten que “ésta, como otras reformas legislativas recientes o en curso, afecta nuestra cultura y nuestra vida cotidiana; proyecta cambios que nos tocan de cerca”.

Te invitamos a leerlo:
"Que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna" (1Tim. 2, 1-3).

1. El compromiso ciudadano

“Queremos ser Nación”, es lo que venimos rezando juntos, porque somos conscientes de que el Señor nos ha regalado un inmenso don: nuestra Patria; y nos ha dejado una tarea: la construcción de nuestra Nación. Hoy los obispos deseamos hacer un llamado a renovar nuestro compromiso ciudadano colaborando en el debate por la reforma del Código Civil. Queremos contribuir a tener una mejor legislación para todos.

2. Importancia de la Reforma

Ésta, como otras reformas legislativas recientes o en curso, afecta nuestra cultura y nuestra vida cotidiana; proyecta cambios que nos tocan de cerca. Según el Código Civil que resulte sancionado se contestarán preguntas como: ¿Cuándo comienza un ser humano a tener el derecho de llamarse persona? ¿Cuál es el sentido de constituir legalmente una familia? ¿Con qué respeto hemos de considerar a las mujeres, especialmente a las más vulnerables? ¿Qué pueden dejar los padres a sus hijos al morir? ¿Tendrán derecho a la identidad los hijos concebidos en laboratorios? ¿Podrán ser concebidos hijos de personas muertas?

3. Función y efectos del Código Civil

En el Código Civil se regulan derechos vinculados a la vida personal, matrimonial, familiar, social, económica, de todos nosotros. En él se expresa de alguna manera la forma y el estilo de vida que como sociedad queremos promover. Tiene, por eso, una función pedagógica y efectos de muy largo plazo. Podríamos afirmar: dime cómo legislas y te diré qué sociedad deseas. La sanción de un nuevo Código Civil y Comercial es seguramente la reforma legislativa más importante de las últimas décadas por la variedad de cuestiones implicadas y por la entidad de algunos de los cambios propuestos. Por eso coincidimos con el reclamo de academias, colegios profesionales, universidades, iglesias y otras personas e instituciones que con toda razón vienen pidiendo que a la discusión en el Congreso se le otorgue todo el tiempo que sea necesario. Sería conveniente, además, la realización de audiencias públicas en cada provincia.

4. Principales cuestiones en juego

La reforma propuesta contiene aspectos positivos; sin embargo necesitamos reiterar la preocupación acerca de algunas cuestiones de fundamental importancia.

El modelo de familia proyectado por estas normas expresa una tendencia individualista y se opone a los criterios evangélicos y también a valores sociales fundamentales, como la estabilidad, el compromiso por el otro, el don sincero de sí, la fidelidad, el respeto a la vida propia y ajena, los deberes de los padres y los derechos de los niños.

Si se aprueba sin modificaciones este proyecto, algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados “personas”. La maternidad y la paternidad quedarán desfiguradas con la denominada “voluntad procreacional”; se legitimará, por un lado, la promoción del “alquiler de vientres” que cosifica a la mujer y por otro, el congelar embriones humanos por tiempo indeterminado, pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación. Se discriminará, en su derecho a la identidad, a quienes sean concebidos por fecundación artificial, porque no podrán conocer quién es su madre o su padre biológico. Los cónyuges que se unan en matrimonio, no tendrán obligación jurídica de fidelidad ni tampoco de convivir bajo un mismo techo; los lazos afectivos matrimoniales quedarán debilitados y desvalorizados.

Queremos una sociedad en la cual se fomenten los vínculos estables y en donde se dé prioridad a la protección de los niños y de los más indefensos. Los deseos de los adultos, aunque parezcan legítimos, no pueden imponerse a los derechos esenciales de los niños. Como adultos, tenemos más obligaciones que derechos. Es necesario que reconozcamos y demos protección jurídica a toda vida humana desde la concepción, y que recordemos que no todo lo científicamente posible es éticamente aceptable.

5. El papel de la fe religiosa en el debate político

Benedicto XVI ha enseñado repetidas veces que la justicia de las leyes y de las acciones de gobierno tiene su fundamento en valores objetivos, que el hombre puede conocer guiado por su razón. El papel de la fe religiosa es ayudar a la razón para que descubra con claridad esos principios morales y los aplique rectamente. Es por ello que los católicos tenemos no sólo el derecho, como todo ciudadano, sino también la obligación de hacer nuestro aporte al debate público. Queremos proponer y ser escuchados.

6. Una oportunidad para actuar todos en bien de la Nación

Por eso, la hora nos reclama a los cristianos el testimonio personal y comunitario de Jesucristo para que resplandezca en medio de los hombres el amor de Dios, que es el verdadero fundamento y modelo de las relaciones humanas. Las reformas propuestas, junto con otras ya producidas o en curso de tratamiento legislativo, interpelan fuertemente a la Iglesia. A nosotros como pastores. A las madres y los padres de familia, a quienes corresponderá vivir su matrimonio aún más comprometidamente y formar a sus hijos en los valores evangélicos y en la verdad sobre la persona, con mirada lúcidamente crítica sobre lo que nos rodea. A los sacerdotes, diáconos, consagrados y catequistas, que deben comunicar estos contenidos y compromisos vitales con su palabra y testimonio. A las escuelas y docentes, llamados a acompañar y apoyar a los padres en esta difícil tarea con coherencia y valentía. A los profesionales de la salud, quienes pueden verse enfrentados a situaciones en que tengan que decidir en conciencia. A los abogados y jueces, llamados a defender la justicia y el bien de la persona en todas las situaciones que se les presenten.

7. Exhortación particular a los legisladores

Hacemos un particular llamado a los legisladores para que asuman en plenitud sus responsabilidades, estudien a fondo las reformas propuestas, sean fieles a la herencia y a las tradiciones patrias y estén abiertos a escuchar todas las voces que tienen algo que decir al respecto. Y finalmente, que no dejen de escuchar a la voz de su conciencia, evitando que las legítimas pertenencias partidarias los lleven a votar en contra o al margen de aquella.

8. Convocatoria a la oración y la reflexión

Invitamos a las comunidades parroquiales, educativas, instituciones y movimientos a organizar en las próximas semanas alguna jornada de oración y reflexión. En comunidad podremos orar a Dios, Padre de todo bien, a Jesucristo el Señor, y al Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Pidamos que bendiga a nuestra Patria e ilumine a nuestros legisladores y gobernantes, concediéndoles la sabiduría necesaria para trabajar por la paz, la amistad social y la defensa de todas las personas, privilegiando a los más pobres y débiles. Hagámoslo a semejanza de la primera comunidad cristiana, íntimamente unidos, dedicados a la oración y la reflexión, en compañía de María, la madre de Jesús y madre nuestra de Luján.

Los Obispos de la 162º Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 22 de agosto de 2012

Danos locos, Señor...


¡Oh Dios!, envíanos locos, de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman con algo más que con palabras,
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.

Danos locos, Señor, danos locos…
Danos locos, chiflados, apasionados,
hombres capaces de dar el salto hacia la inseguridad,
hacia la incertidumbre sorprendente de la pobreza.

Danos locos, Señor, danos locos…
Danos locos que acepten diluirse en la masa
sin pretensiones de erigirse en zánganos,
que no utilicen su superioridad en su provecho.

Danos locos, Señor, danos locos…
Danos locos del presente, enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes del proletariado,
amantes de la paz, puros de conciencia,
resueltos a nunca traicionar, libres y obedientes,
espontáneos y tenaces, dulces y fuertes.

Danos locos, Señor, danos locos…

 
Fray Louis Joseph Lebret o.p.

 Fr. Louis Joseph Lebret o.p.
(Le Minihic-sur-Rance, 1897-París, 1966)
Religioso y sociólogo francés. Dominico en 1923, en 1940 fundó en Lyon un centro de estudio y de acción que ponía la economía al servicio del hombre. Experto en el Vaticano II, tomó parte en la elaboración del esquema XIII sobre la Iglesia y el mundo.

Día del Catequista


La iglesia celebra los 21 de agosto, el día del catequista, en conmemoración del papa Pío X quien tuvo actuación decisiva a favor de la catequesis e hizo posible entre otras cosas que los niños se acerquen a los sacramentos a edad temprana.

¡Qué misión tan grande ser apóstol! Seguir al Señor a donde vaya, anunciar con gozo su Evangelio y ser para los hombres portadores de su paz.


 ORACION DEL CATEQUISTA

Danos Señor la sabiduría que viene del Espíritu Santo para trasmitir tu verdad, caridad y videncia de la palabra, para ser signo transparentes de vos.
Junto a nuestros hermanos catequistas seamos constructores de comunidad, para que vos mismo, único maestro, seas verdaderos catequistas en medio nuestro.
Haz que seamos sembradores de adoración y fraternidad, de amor a Dios y a los hermanos, de fe  que obra por la caridad,
Que toda nuestra vida catequice sin reparar en sacrificios, siendo fiel a Dios en Cristo, a la iglesia, al ser humano con, sus necesidades concretas.
Que nuestra catequesis forje cristianos constructores de paz y justicia, que vivan para realizar la historia según los planes del amor de Dios, compartiendo especialmente el dolor de quienes más sufren.
Que nuestra catequesis anuncie integralmente el Evangelio y lleve al conocimiento a la palabra de Dios, a la celebración de la fe en los sacramentos y a la vivencia de la fe en toda nuestra vida.
Bajo la protección de Maria, la Madre, cuya vida es para nosotros un catecismo viviente ponemos nuestra tarea catequística y toda nuestra vida.
Padre de la vida danos la gracia de ver el rostro de Jesús en cada hombre, mujer, especialmente en los pequeños, en los simples, sencillos, en los que están en hospitales, clínicas, geriátricos, cárceles, en los chicos difíciles.
Jesús, Señor y hermano, queremos de verdad escuchar tus palabras y hacerlas carne en nuestras vidas, en la iglesia y en nuestro mundo.
Espíritu de amor anima a cada familia y a cada pueblo, bendiciendo especialmente hoy a los enfermos a través de San Roque y a través de la poderosa intersección del corazón Inmaculado de María, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Agenda Parroquial 20 al 26 de Agosto


LUNES 20 DE AGOSTO

Feriado Nacional – No atiende la secretaría parroquial.
19:30 hs: Misa. Celebramos con los catequistas de la Parroquia.
Luego de la Misa: Brindis por los catequistas (a la canasta)
18 a 19:45 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 21 DE AGOSTO

DÍA DEL CATEQUISTA
9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

MIÉRCOLES 22 DE AGOSTO

15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
18 hs: Sacramento Reconciliación Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes.
21 hs: Jóvenes Universitarios.

JUEVES 23 DE AGOSTO

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

VIERNES 24 DE AGOSTO

18 hs: Sacramento de la Reconciliación – 2° Ciclo Ca. Fa.
19 hs: Adoración Eucarística
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.

SÁBADO 25 DE AGOSTO

10 hs: Apoyo Escolar.
10:30 hs: Infancia Misionera.
16 hs: Narcóticos Anónimos.
17:30 hs: Catequesis Bautismal.
19:30 hs: Santa Misa.

DOMINGO 26 DE AGOSTO

11 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XX del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».
(Jn 6,51-58)

Comentario
Hoy continuamos con la lectura del Discurso del pan de vida que nos ocupa en estos domingos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo» (Jn 6,51). Tiene una estructura, incluso literaria, muy bien pensada y llena de ricas enseñanzas. ¡Qué bonito sería que los cristianos conociésemos mejor la Sagrada Escritura! Nos encontraríamos con el mismo Misterio de Dios que se nos da como verdadero alimento de nuestras almas, con frecuencia amodorradas y hambrientas de eternidad. Es fantástica esta Palabra Viva, la única Escritura capaz de cambiar los corazones.
Jesucristo, que es Camino, Verdad y Vida, habla de sí mismo diciéndonos que es Pan. Y el pan, como bien sabemos, se hace para comerlo. Y para comer —debemos recordarlo— hay que tener hambre. ¿Cómo podremos entender qué significa, en el fondo, ser cristiano, si hemos perdido el hambre de Dios? Hambre de conocerle, hambre de tratarlo como a un buen Amigo, hambre de darlo a conocer, hambre de compartirlo, como se comparte el pan de la mesa. ¡Qué bella estampa ver al cabeza de familia cortando un buen pan, que antes se ha ganado con el esfuerzo de su trabajo, y lo da a manos llenas a sus hijos! Ahora, pues, es Jesús quien se da como Pan de Vida, y es Él mismo quien da la medida, y quien se da con una generosidad que hace temblar de emoción.
Pan de Vida..., ¿de qué Vida? Está claro que no nos alargará ni un día más nuestra permanencia en esta tierra; en todo caso, nos cambiará la calidad y la hondura de cada instante de nuestros días. Preguntémonos con honestidad: —Y yo, ¿qué vida quiero para mí? Y comparémosla con la orientación real con que vivimos. ¿Es esto lo que querías? ¿No crees que el horizonte puede ser todavía mucho más amplio? Pues mira: mucho más aun que todo lo que podamos imaginar tú y yo juntos... mucho más llena... mucho más hermosa... mucho más... es la Vida de Cristo palpitando en la Eucaristía. Y allí está, esperándonos para ser comido, esperando en la puerta de tu corazón, paciente, ardiente como quien sabe amar. Y después de esto, la Vida eterna: «El que coma este pan vivirá para siempre» (Jn 6,58). —¿Qué más quieres?
Rev. D. Homer VAL i Pérez (Barcelona, España)

Solemnidad de la Asunción de María al cielo


El 15 de agosto celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María al Cielo.

"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del Cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte" (LG 59; cf. Pío XII, Const. apo. Munificentissimus Deus, 1 noviembre 1950: DS 3903).

"La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (Catecismo de la Iglesia Católica, 966)


El 15 de agosto de 2010 el Santo Padre Benedicto XVI celebró la Santa Misa en Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, en la iglesia parroquial de Santo Tomás de Villanueva en Castel Gandolfo, donde transcurre este período de verano.

En su homilía, dirigiéndose a los fieles que abarrotaban la iglesia parroquial de Santo Tomás de Villanueva en Castel Gandolfo, el Santo Padre dijo:

Hoy la Iglesia celebra una de las fiestas más importantes del año litúrgico dedicadas a María Santísima: la Asunción. Al término de su vida terrena, María fue llevada con alma y cuerpo al Cielo, es decir a la gloria de la vida eterna, en la plena y perfecta comunión con Dios.

San Pablo nos dice que todos somos “incorporados” en Adán, el primero y viejo hombre, todos tenemos la misma herencia humana a la que pertenece: el sufrimiento, la muerte, el pecado. Pero añade a esto que todos nosotros podemos ver y vivir cada día algo nuevo: que no sólo estamos en esta herencia del único ser humano, que comenzó con Adán, sino que somos “incorporados” también en el hombre nuevo, en Cristo resucitado, y así la vida de la Resurrección ya está presente en nosotros. Por lo tanto, esta primera “incorporación” biológica es incorporación en la muerte, que genera la muerte. La segunda, nueva, que se nos dado en el bautismo, es “incorporación” que da la vida.

Entonces –prosiguió diciendo el Santo Padre– podemos preguntarnos: ¿cuáles son las raíces de esta victoria sobre la muerte prodigiosamente anticipada en María? Y afirmó: las raíces están en la fe de la Virgen de Nazaret, como lo testimonia el pasaje del Evangelio que hemos escuchado de san Lucas: una fe que es obediencia a la Palabra de Dios y abandono total a la iniciativa y a la acción divina, según cuanto le anuncia el Arcángel. Por tanto, dijo el Papa, “la fe es la grandeza de María, como lo proclama gozosamente Isabel: María es “bendita entre las mujeres” y “bendito es el fruto de su seno”, porque es “la madre del Señor”, porque cree y vive de modo único la “primera” de las bienaventuranzas, la bienaventuranza de la fe".

Benedicto XVI, llamando “queridos amigos” a los numerosos fieles que participaron esta mañana en la Santa Misa de la Asunción de María, afirmó que “hoy no nos limitamos a admirar a María en su destino glorioso, como a una persona muy lejana a nosotros”. “¡No! –prosiguió– Estamos llamados al mismo tiempo a ver cuanto el Señor, en su Amor, ha querido también para nosotros, para nuestro destino final: vivir a través de la fe en la comunión perfecta de amor con Él y así vivir verdaderamente para siempre”.

“Es el Amor de Dios el que vence la muerte y nos da la eternidad, y a este Amor lo llamamos Cielo: Dios es tan grande que tiene un lugar también para nosotros", afirmó el Papa.

Oremos al Señor a fin de que nos haga comprender cuán preciosa es toda nuestra vida ante sus ojos; refuerce nuestra fe en la vida eterna; nos haga hombres de esperanza, que trabajan para construir un mundo abierto a Dios, hombres llenos de alegría, que saben vislumbrar la belleza del mundo futuro en medio de los afanes de la vida cotidiana y que en esta certeza viven.

Agenda Parroquial 13 al 19 de Agosto


LUNES 13 DE AGOSTO

19 hs: Narcóticos Anónimos.
20 hs: Grupo Codependientes Anónimos.

MARTES 14 DE AGOSTO

9 a 10 hs: Gimnasia.
14:30 a 16:30 hs: Taller de Corte y Confección.
19 hs: Catequesis de Adultos.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 a 21:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

MIÉRCOLES 15 DE AGOSTO

LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
15 hs: Grupo Solidaridad – Costureros.
19 hs: Catequesis de Adolescentes.
19 hs: Coro.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.
19:30 hs: Santa Misa (Rezo del Rosario antes de la Misa).
20:30 hs: Taller del Padre Pablo Fuentes

JUEVES 16 DE AGOSTO

9 a 10 hs: Gimnasia.
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Alcohólicos Anónimos.

VIERNES 17 DE AGOSTO

19 hs: Adoración Eucarística
19:30 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Narcóticos Anónimos.

SÁBADO 18 DE AGOSTO

14 A 18:30 hs: Encuentro Arquidiocesano de Catequistas
(en Colegio de las Concepcionistas)
16 hs: Narcóticos Anónimos.
18 hs: Bautismos.
19:30 hs: Santa Misa.

DOMINGO 19 DE AGOSTO

11 hs: Santa Misa.
19:30 hs: Santa Misa.

Evangelio del Domingo XIX del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo». Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?». Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: ‘Serán todos enseñados por Dios’. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre.
»En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
(Jn 6,41-51)

Comentario
Hoy, el Evangelio presenta el desconcierto en el que los connacionales de Jesús vivían en su presencia: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» (Jn 6,42). La vida de Jesús entre los suyos había sido tan normal que, el comenzar la proclamación del Reino, quienes le conocían se escandalizaban de lo que entonces les decía.
¿De qué Padre les hablaba Jesús, que nadie había visto? ¿Quién era este pan bajado del cielo que quienes lo comen vivirán para siempre? Él negaba que fuera el maná del desierto porque, quienes lo comieran, morirían. «El pan que yo (...) voy a dar, es mi carne por la vida del mundo» (Jn 6,51). ¿Su carne podía ser un alimento para nosotros? El desconcierto que sembraba Jesús entre los judíos podía extenderse entre nosotros si no respondemos a una pregunta central para nuestra vida cristiana: ¿Quién es Jesús?
Muchos hombres y mujeres antes que nosotros se han hecho esta pregunta, la han respondido personalmente, han ido a Jesús, lo han seguido y ahora gozan de una vida sin fin y llena de amor. Y a los que vayan a Jesús, Él los resucitará el último día (cf. Jn 6,44). Juan Casiano exhortaba a sus monjes diciéndoles: «‘Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros’, porque ‘nadie puede ir a Jesús si el Padre que lo ha enviado no lo atrae’ (...). En el Evangelio escuchamos al Señor que nos invita para que vayamos hacia Él: ‘Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré reposar’». Acojamos la Palabra del Evangelio que nos acerca a Jesús cada día; acojamos la invitación del mismo Evangelio a entrar en comunión con Él comiendo su carne, porque «éste es el verdadero alimento, la carne de Cristo, el cual, siendo la Palabra, se ha hecho carne para nosotros» (Orígenes).
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)

Celebración del Día del Párroco


El día sábado 4 de agosto, festividad de San Juan María Vianney, el Cura de Ars, y por recordación de él, considerado “Día del Párroco”, luego de la finalización de la Misa de la noche, se realizó una cena a la canasta, en el salón parroquial, para agasajar al Padre Pedro.

Fue una amable velada, que sirvió para estrechar lazos de confraternidad en la comunidad parroquial y expresarle a Pedro nuestro reconocimiento por su tarea y nuestro afecto.

Ilustramos esta nota con algunas fotografías obtenidas por la hermana Anita en esa reunión.

Evangelio del Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello».
Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado». Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».
(Jn 6,24-35)

Comentario
Hoy vemos diferentes actitudes en las personas que buscan a Jesús: unos han comido el pan material, otros piden un signo cuando el Señor acaba de hacer uno muy grande, otros se han apresurado para encontrarlo y hacen de buena fe -podríamos decir- una comunión espiritual: «Señor, danos siempre de ese pan» (Jn 6,34).
Jesús debía estar muy contento del esfuerzo en buscarlo y seguirlo. Aleccionaba a todos y los interpelaba de varios modos. A unos les dice: «Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna» (Jn 6,27). Quienes preguntan: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» (Jn 6,28) tendrán un consejo concreto en aquella sinagoga de Cafarnaúm, donde el Señor promete la Sagrada Comunión: «Creed».
Tú y yo, que intentamos meternos en las páginas de este Evangelio, ¿vemos reflejada nuestra actitud? A nosotros, que queremos revivir esta escena, ¿qué expresiones nos punzan más? ¿Somos prontos en el esfuerzo de buscar a Jesús después de tantas gracias, doctrina, ejemplos y lecciones que hemos recibido? ¿Sabemos hacer una buena comunión espiritual: ‘Señor danos siempre de este pan, que calma toda nuestra hambre’?
El mejor atajo para hallar a Jesús es ir a María. Ella es la Madre de Familia que reparte el pan blanco para los hijos en el calor del hogar paterno. La Madre de la Iglesia que quiere alimentar a sus hijos para que crezcan, tengan fuerzas, estén contentos, lleven a cabo una labor santa y sean comunicativos. San Ambrosio, en su tratado sobre los misterios, escribe: «Y el sacramento que realizamos es el cuerpo nacido de la Virgen María. ¿Acaso puedes pedir aquí el orden de la naturaleza en el cuerpo de Cristo, si el mismo Jesús nació de María por encima de las leyes naturales?».
La Iglesia, madre y maestra, nos enseña que la Sagrada Eucaristía es «sacramento de piedad, señal de unidad, vínculo de caridad, convite Pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura» (Concilio Vaticano II).
Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España)