Día del Niño


La "sociedad de consumo" nos dice que hoy es el Día del Niño... Y más allá de esa circunstancia con tufillo comercial, creo que es un buen motivo para ponernos a pensar, para abrir el baúl de los recuerdos, y dejar salir de adentro nuestro ese niño que todos somos aunque a veces lo neguemos, o lo tratemos de reprimir...

Mirando con criterio cronológico no tengo niños en mi entorno ya que el menor de mis hijos ya cumplió 21 años. Pero, mirando para adentro -como decía más arriba- todos somos niños...

Todos nosotros vivimos en un mundo de niños, muchos ya hechos adultos por una simple cuestión de crecimiento y desarrollo físico, pero podemos mantener vivo el niño interior, el que fuimos, el que seguimos siendo, el que a veces nos empeñamos en no dejar que se exprese...

¡Qué absolutamente tontos que somos los adultos! ¡Cuántas cosas deberíamos aprender de los niños! ¡Cuánto más lindo sería el mundo actual si no nos empeñáramos en silenciar al niño interior! Si fuéramos capaces de sonreír con la pureza y la franqueza de los niños... Si copiáramos su manera simple y directa de decir las cosas y mostrar sus sentimientos... Si recuperáramos su ingenuidad, su candor, su dulzura... y hasta ese espíritu graciosamente travieso pero siempre carente de maldad con que hacen todo....con que viven...

Por eso creo que este "día del" nos viene bien para detenernos un ratito en la vorágine que vivimos y agasajar al niño... Pero al niño que soy, al niño que eres tú... A ese que nos empeñamos en olvidar. A ése que creemos que ya fue, que ya no somos... A ése que nos esforzamos en transformar en un recuerdo. A ése que tantas veces reprimimos y por estúpida vergüenza no dejamos aparecer...

Y si te animas a hacer algo más no te contentes con recordar hoy a tu niño interior... Invítalo a volver !!!  ¡Sí!... Anímate... A que te acompañe, a que camine todos los días con vos. Dale un lugar en tu vida en vez de tantas malas compañías...

Mejor el niño y no el egoísmo. Mejor el niño y no los ceños fruncidos. Mejor el niño y no las broncas. Mejor el niño y no la mentira. Mejor el niño y no el odio. Mejor el niño y no todo lo feo y malo de los adultos. Mejor el niño... con su pureza, con su inocencia, con sus ojitos pícaros, con su sonrisa o con su lágrimas, con su mundo de fantasías, con su universo hecho de amor...

Buen momento el día de hoy para meditar sobre todo esto. Y antes de decidir nada, no te olvides de conversarlo y consultarlo con ese sabio sincero y generoso que tienes a mano (aunque no lo recuerdes casi nunca): tu niño interior. El que fuiste, el que sigues siendo, el que debes rescatar  para llevarlo siempre contigo.

Felipe

El texto me pertenece, lo escribí para esta misma celebración en el año 2003 y ahora solo lo he modificado un poco.

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