Lecturas de la Misa del Domingo 6 de Pascua

SEXTO DOMINGO DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  (Hech 10, 25-26. 34-36. 43-48)

Cuando Pedro entró a la casa del centurión Cornelio, este fue a su encuentro y se postró a sus pies. Pero Pedro lo hizo levantar, diciéndole: “Levántate, porque yo no soy más que un hombre”. Después Pedro agregó: “Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que le teme y practica la justicia es agradable a él. Él envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre”. Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra. Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos. En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios. Pedro dijo: “¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?”. Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 97, 1-4

R. El Señor reveló su victoria a las naciones.

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor
y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.

Los confines de la tierra
han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta de San Juan (1Jn 4, 7-10)              

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
+ Lectura del Santo Evangelio según san Juan (Jn 15, 9-17)
Durante la última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros”.
Palabra del Señor

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