Carta de los sacerdotes de Córdoba al finalizar el encuentro sacerdotal

Huerta Grande, 18 de mayo de 2017

A las Comunidades de la Arquidiócesis de Córdoba:

Queremos compartir con ustedes, que junto a nuestro obispo,  y animados por el Lema: “Como el Cura Brochero, anunciados anunciadores” hemos concluido nuestro encuentro sacerdotal de este año.

En primer lugar queremos agradecerles por habernos acompañado con sus oraciones. Ha sido una semana intensa en la que nos hemos encontrado, rezado y reflexionado, ayudados por algunos testimonios y experiencias de hermanos  laicos y sacerdotes. Deseamos que, con la gracia  de Dios, lo vivido en estos días pueda dar frutos para bien de todos.

Por otro lado, y  en sintonía con el espíritu del camino sinodal que estamos transitando, hemos intentado realizar una mirada creyente de nuestra realidad actual, a la luz de la escucha de la Palabra.

Son muchos los desafíos pastorales que se nos presentan. Algunos de los más importantes sobre los que hemos conversado, son los siguientes: la realidad de muchas familias que no tienen lo necesario para vivir dignamente; la impotencia de muchos hermanos que no tienen un trabajo digno; el desprecio por la vida y violencia que se expresa de múltiples maneras; el flagelo de las distintas adicciones que destruyen vidas… tantas situaciones de las que somos parte y que constatamos cada día en nuestras comunidades. Éstas y otras realidades difíciles nos preocupan, nos duelen, nos cuestionan y muchas veces nos dejan sin respuestas…

También somos conscientes que es en estas realidades en donde con la gracia de Dios,  queremos renovar nuestro deseo de anunciar la alegría del Evangelio. Hay signos de vida que nos llenan de esperanza: el compromiso social de muchas personas sensibles a la realidad; el trabajo en red entre distintos referentes sociales, el servicio y testimonio de sacerdotes y agentes pastorales de nuestras comunidades.

Como sacerdotes, hemos recibido la Buena Noticia, Dios nos ha llamado y nos ha enviado…

A la hora de intentar hacer vida el anuncio del Evangelio, somos conscientes que “la mies es abundante...”, pero tenemos puesta nuestra confianza en Dios y nos anima el testimonio del Santo Cura Brochero.  Deseamos y estamos convencidos que como Iglesia que peregrina en Córdoba “no podemos callar lo que hemos visto y oído” queremos caminar juntos, para compartir la Buena Noticia del Evangelio. “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (Aparecida 32).

Damos gracias a Dios por lo vivido estos días y nos confiamos a la intercesión de María Santísima y de nuestro Santo Patrono, San José Gabriel Brochero. Que Ellos nos ayuden a ser “anunciadores alegres” de la Buena Noticia de Jesús.

Dios los bendiga.
Monseñor Carlos Ñáñez Arzobispo de Córdoba, Obispos auxiliares y sacerdotes de la Arquidiócesis de Córdoba

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