“En Jesús somos hijos,
NOS HACEMOS HERMANOS Y CIUDADANOS,
nos comprometemos”
ABRAMOS LOS OJOS PARA VER LA REALIDAD
Vemos en nuestra realidad una carencia importante de participación de los ciudadanos como agente de transformación de la vida social, política y económica. Al respecto dicen nuestros obispos. “Alentar el paso de habitantes a ciudadanos responsables. El habitante hace uso de la Nación, busca beneficios y sólo exige derechos. El ciudadano construye la Nación porque, además de exigir sus derechos, cumple sus deberes”.
Ser ciudadano es ser protagonista del desarrollo de la vida de la sociedad y exige un compromiso lúcido; es decir, por un lado, involucrarse voluntariamente en los proyectos comunitarios y, por otro, saber hacer, saber cómo construir ese proyecto. Es indiscutible que tenemos que educar para la ciudadanía.
Acá el punto clave es la solidaridad y Jesús es nuestro ejemplo de solidaridad máxima: “se hizo pobre, a fin de enriquecernos con su pobreza”. El trabajo y el contacto humano con los que son más pobres que nosotros, nos lleva a descubrir en ellos muchos valores. Con humildad y reconociendo que si podemos dar es porque antes hemos recibido: afecto, bienes materiales, educación, amistades, haremos con ellos un proceso formador del ciudadano.
Juan Pablo II decía que “la preocupación social es, ante todo un problema ético y moral, por lo tanto no se trata sólo de buscar soluciones económicas: en primer lugar la respuesta pasa por el corazón del hombre”. Para esto es necesario un profundo cambio interior, la conversión. Cambio que se expresará en la solidaridad que es “la determinación firme y perseverante de empeñarse en el bien común”.
DESPERTEMOS EL OIDO PARA ESCUCHAR
El Buen Samaritano (Lc 10, 25 – 37)
El Samaritano actuó contra la ley de aquellos tiempos, y su sólo accionar, era motivo de condena para la sociedad. Sin embargo, ese gran acto supera a la Ley misma, por que ha actuado con amor, compasión, generosidad, desinterés, y sobre todo, con gran misericordia. Este es el gran cambio radical que necesita nuestra sociedad: queremos transformar nuestra realidad, pero para esto, es necesario un profundo cambio interior. Los santos, han sido fieles imitadores de este samaritano, reconociendo en el prójimo a un hermano, tan hijo de Dios como ellos mismos.
RECEMOS A LA LUZ DE LA PALABRA PARA TRANSFORMAR LA VIDA
Respondemos: “Señor, ayúdanos a comprometernos”
# Para crecer en responsabilidad en la transformación de la sociedad, involucrándonos en proyectos comunitarios, oramos…
# Para que la clave de nuestro compromiso social sea la solidaridad a ejemplo de Jesús pobre, oramos…
# Para que la escuela argentina forme a los niños y a los jóvenes en la ciudadanía, y los aliente a participar en la comunidad, oramos…
# Para que en nuestras familias, en la parroquia, actuemos como ciudadanos cumpliendo nuestras obligaciones más importantes, oramos…
#Para que en este año de elecciones, nos interesemos por las propuestas de los candidatos y emitamos un voto consciente y comprometido, oramos…
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