Séptimo día, 22 de diciembre:
LAS MUJERES Y LOS NIÑOS
Lc 1,39-56
Señor, Dios de nuestras vidas, te damos gracias porque has sido para nosotros Padre y Madre, cuidándonos a cada instante, llenándonos de dones.
Danos un espíritu libre, sencillo y disponible a amar, a quien sea y dónde sea, para que, como niños pequeños, nos dejemos conducir por ti y así hagamos realidad la fraternidad a la cual nos invitas.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Dios que es fuente de verdadera humanidad, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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