Hoy la Iglesia recuerda a todos los santos, y así nos
invita a recordar que Jesús nos llama siempre a la santidad.
El estilo de vida que Jesús enseña es el de la sencillez,
la mansedumbre, la lucha por la paz y la justicia; es la renuncia a los honores
mundanos. Queda claro entonces que la felicidad que Jesús propone no es la
misma que ofrece el mundo, es de otro nivel. Jesús declara felices a los
pacientes, a los afligidos, a los que buscan la justicia, a los
misericordiosos, a los que luchan por la paz, a los que son perseguidos por
hacer el bien (Mt 5, 1-12). A todos ellos les dice que sus angustias,
cansancios y renuncias no son inútiles, sino que son bien tenidas en cuenta por
el Padre, y que tendrán una recompensa que supera todo lo terreno. Esta
invitación quiere producir la alegría de saber que la vida entregada por el
Reino de Dios tiene un profundo sentido.
Es también una invitación a contemplar con cariño a los
santos que, a lo largo de la historia, han vivido el espíritu del Evangelio,
porque lo que en ellos se refleja es la misma vida de Cristo. Su entrega
generosa es una alabanza a la gracia de Dios que los ha hecho semejantes a
Jesús.
Mons. Víctor Manuel Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario.