Tenemos el agrado de invitarle a compartir la
conmemoración 15º Aniversario Comité Interreligioso por la Paz (COMIPAZ).
La celebración se
llevara a cabo en el Auditorio Diego de Torres de la Universidad Católica de
Córdoba, sito en Obispo Trejo 323 el día 18 de Junio a las 19:30 hs.
En esta oportunidad, quienes integramos el COMIPAZ
suscribiremos e invitamos a suscribir un “Decálogo
de Propuestas Reflexivas para Trabajar por la paz”
En el corazón humano está impresa la vocación a una
actitud de Paz. Dios siempre valora esa actitud como esencial al mandato del
amor al prójimo. "Amar la paz y buscar la paz", es la invitación que
se hace en el Talmud Judaico. "Difundid la paz entre vosotros" pide
el Corán musulmán y en el Evangelio Cristiano, según San Mateo, se resalta la
paz, como fuente de verdadera felicidad, por eso allí se exclama "dichosos
los que obran la paz".
La paz, implica en sí misma, una actitud interior y
trascendente, que se potencia cuando se proyecta al prójimo. Es un deber y una
responsabilidad indelegable de cada una de las personas y de la comunidad. Es
un impulso necesario a educar y profundizar en lo personal y lo social.
Para felicidad de los cordobeses, en ese impulso vital e
imprescindible hacia el bien común, en junio de 1998, se conformó en Córdoba el
Comité Interreligioso por la Paz, (COMIPAZ). Ese Comité resultó del encuentro
fructífero de tres grandes religiones monoteístas, -la Judía, la Cristiana y la
Musulmana-, y de sus enriquecedores matices y manifestaciones. Eran los hombres
y mujeres comprometidos con las esencias de sus credos, rabinos, schaij´s,
imanes, obispos, sacerdotes, religiosos, pastores y laicos que, sin perder su
identidad, a través de sus diversos referentes, se propusieron trabajar por la
Paz, haciendo de dicha aspiración un objetivo permanente. Todo ello, desde el
mutuo conocimiento y el entendimiento recíproco que potencia la búsqueda y la
construcción del fin propuesto al servicio de la comunidad.
Se llamó a promover la Paz porque Dios es Paz. Se quiso
el encuentro fraterno de todos los hombres, colaborando a superar barreras ideológicas,
religiosas, sociales y culturales y de esa manera trabajar por la armonía y la
integración en la diversidad enriquecedora.
La Paz es un esfuerzo y no es un estado de éxtasis. Hay
que trabajar por ella, con determinación firme y perseverante. No es una
ingenuidad al servicio de lo imposible, por el contrario, ella permite que los
hombres nos podamos ver a los ojos, en una construcción forjada en el respeto
mutuo.
En este año 2013, en el que hay un camino de quince años
intensos y ricos, transitado en la vocación común de quienes integramos el
COMIPAZ se desea formular un decálogo de propuestas reflexivas para trabajar
por la Paz, que nos involucren una dinámica activa en favor de ella. No se
pretende agotar todas las acciones y esfuerzos que tienen que hacerse, pero los
que proponemos ayudan a aproximarnos y comprometernos con algunos de sus
perfiles y presupuestos necesarios, en la búsqueda de una Paz auténtica.
Por ello y para ello, NOS COMPROMETEMOS a:
1) ESFORZARNOS
en establecer diálogos constructivos y constantes entre los hombres, como una
de las bases principales de la convivencia en Paz. La posibilidad que nos
eduquemos en una actitud de diálogo, impide que se ignore temas, personas y
pueblos. De esa manera se pueden trabajar salidas mejoradoras, que den
esperanza, al servicio del bien común. Todo ello, por sobre la cultura de la
violencia que ciega la razón, el corazón y el espíritu. También implica
promover el arreglo pacífico de los conflictos, como una dinámica de
convivencia, en una sociedad que trabaja para la Paz, en el encuentro
respetuoso, que busca el entendimiento mutuo, entre las personas y los pueblos.
2) TRABAJAR
para asegurar que se respete la vida humana, su dignidad y su integridad
física, psíquica y moral, en todas sus manifestaciones, ya que no puede haber
Paz espiritual ni social, si ello, esencialmente, no se busca y garantiza.
3) OCUPARNOS
que se respeten, integralmente, los derechos humanos y las libertades
fundamentales que ellos implican, como presupuesto para una sociedad
equilibrada, presupuesto básico para una Paz verdadera.
4) EMPEÑARNOS
por buscar todos los caminos posibles que permitan erradicar la pobreza y el
analfabetismo, ya que esos males violentan la conciencia moral de la sociedad,
que no puede estar en Paz, si no se preocupa y ocupa seriamente de ello. Hay
que ser liberadores de la sumisión que implica la miseria, el temor y la
desesperanza y actuar como promotores del progreso personal, social y
espiritual, en libertad.
5) COLABORAR,
denodadamente, a fortalecer las instituciones democráticas y velar para que se
de una participación plena y plural, de la comunidad y de las personas, en la
construcción de ciudadanía y convivencia social en Paz. Todo ello, en una
dinámica estatal que debe ser transparente y en la que los gobernantes rindan
cuentas de la gestión de los asuntos públicos. De esa manera se logra el mejor
antídoto, en contra de la corrupción, que carcome la credibilidad de la
sociedad en sus gobernantes y nubla el futuro en Paz.
6) AYUDAR a
eliminar todas las formas de intolerancia y discriminación, basadas en la raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen
nacional, étnico o social, posición económica, nacimiento, discapacidades o
cualquier otra condición. La Paz presupone reconocernos como obra de Dios, sin
distinciones que ofendan la policromía de paisajes que enriquecen lo humano.
7) PROTEGER el
medio ambiente, como un capital que nos han prestado las generaciones futuras.
No hacerlo condena, a la humanidad presente y a la que vendrá, a no gozar de la
Paz de un mundo vivo, asumido como un ámbito a compartir y preservar para
todos.
8) EDUCAR y
educarnos en el respeto y fomento del derecho de todas las personas a poder
ejercer y disfrutar de la libertad de expresión. Garantía esta, esencial para
asegurar el poder buscar, difundir y recibir información e ideas, porque ello
enriquecer el diálogo en Paz y nos enriquece culturalmente.
9) EJERCITAR y
PROMOVER los valores de la comprensión, el aprecio, la reconciliación y la
solidaridad entre las personas y los pueblos, porque en ello radica la Paz,
propia del encuentro fructífero en humanidad.
10) ASUMIR con
tenacidad que la Paz es posible y aprender a tener la sabiduría que implica
dicho desafío, transitado por el camino de la no violencia y que nos invita a
asumirlo desde la fuerza del amor, de la verdad y la justicia. Todo ello, en la
alegría de la confraternidad plural y respetuosa que nos aúna.
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