Tú eres por excelencia
El Santo y el Santificador.
Tú, el Paráclito:
Nuestro Patrón y Consolador.
Tú, el dador de vida.
Tú, el liberador.
Tú, el amor.
Eres el Espíritu de Dios.
Eres el Espíritu de Cristo.
Eres la gracia increada,
que habita en nosotros
como fuente de la gracia creada
y de la “virtus” de los sacramentos.
Eres el Espíritu de verdad.
Eres la unidad, o sea, el principio
de la comunión,
por tanto el fermento del ecumenismo.
Eres el gozo de la posesión de Dios.
Eres el dador de los siete dones
Y de los carismas.
Eres el fecundador del apostolado.
Eres el sostén de
los mártires.
Eres el inspirador interior
de los maestros exteriores.
Eres la “voz primera” de Magisterio
Y la autoridad suprema de la jerarquía.
Eres en fin la fuente
De nuestra espiritualidad:
“Fuente viva.
Fuego,
Caridad,
Y espiritual unción”
Pablo VI
(26 de mayo de 1971- Audiencia general)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario.