Esta mañana a las 10.05 llamó al Arzobispado de Córdoba
desde Roma, el Papa Francisco, lo atendió el portero Cruz, el Papa le dijo
“Buen días, habla Francisco”, el portero que no imaginaba una llamada del
querido Papa Francisco sin la intermediación de una secretaria o secretario, le
preguntó “¿Qué Francisco?”; “el papa Francisco, necesito comunicarme con el
Obispo”, le contestó el Santo Padre.
Entonces el portero confirmando que realmente se trataba
del Papa y casi sin aliento por la enorme sorpresa, le dijo: “Su Santidad
porque no me da una bendición”. El papa le dijo “Hijo te doy la bendición si
encontrás al Obispo”.
Inmediatamente le dio la bendición y le pasó con el
Secretario de Audiencias, el padre Pablo Márquez, quien en una mezcla de
asombro, alegría y despojado de todo
protocolo le dijo: “Hola padre Francisco! El Obispo está en una reunión, voy a
buscarlo”, a lo que el Papa le dijo “Hijo llamo en cinco minutos”. Y se cortó
la segunda llamada.
El padre Pablo fue inmediatamente al primer piso del
Arzobispado a buscar al Obispo, lo llamó para comunicarle la noticia, y de
inmediato sonó el teléfono por tercera vez, era nuevamente el Papa Francisco
que insistía para comunicarse con monseñor Ñáñez. En esta oportunidad le dijo
al portero en tono de sana picardía “Ahora estás convencido que soy el Papa…”
Más gestos de
humildad
La llamada tuvo un tono de cordialidad y fraternidad
admirable. El Santo Padre llamó para agradecer cordialmente a monseñor Ñáñez por su carta, que había recibido ayer.
Monseñor Ñáñez le
había escrito esta carta mientras participaba de la 105° Conferencia del
Episcopado la semana pasada, en la que saludaba al Papa Francisco
felicitándolo, expresando la adhesión a su tarea y a su labor pastoral como
sucesor de Pedro, y en la que también le pedía su bendición para el ministerio
y para toda la diócesis de Córdoba.
En esta llamada el Papa también dejó su bendición para
todos los cordobeses y para los colaboradores más directos del Obispo. Cuando
el Obispo relató con gran alegría este momento, comentó que cuando atendió a
Francisco lo trató de “Jorge” del mismo modo que se trataban antes del 13 de
marzo de 2013, lo que revela la cercanía de los pastores que tanto bien hace a
nuestra Iglesia.
Copiado de la página del Arzobispado de Córdoba
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