Oración del Episcopado Argentino Luján, 8 de Julio de
2018
A tus pies renovamos la Esperanza. Vale toda vida.
Nuestra Señora de Luján Madre del Pueblo Argentino, aquí
estamos a tus pies para renovar la esperanza y porque vale toda vida.
Hoy Madre Nuestra de Luján, venimos como hijas e hijos
tuyos, para junto a vos, comprometernos a defender al inocente que no ha nacido,
y también a sus mamás que sufren en su cuerpo y en su espíritu.
Venimos a tus brazos de Madre, heridos y agobiados por
tanta miseria y pobreza, por el abandono y la postergación de tantos hermanos,
por la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos
privados de atención, y por tantas nuevas formas de esclavitud y descarte.
Vos conoces muy bien el dolor y la angustia de muchas
mujeres.
En ésta, tu Casa, son muchas las que te confían el
secreto más hondo de su corazón: el intenso sufrimiento vivido en algún momento
de confusión, el pesar que no se va y el arrepentimiento sentido y profundo.
Conoces a tantas que dudan en lo más íntimo de su ser y
tienen miedo de enfrentar la vida.
¡Qué inmenso es tu Amor Madre querida, nunca rechazas a
nadie!
Continuamente consolás, sanás, ayudás a levantar la vida
y acercas a todas al Padre Misericordioso que en todo momento está dispuesto a
perdonar.
Te pedimos por todas ellas y las que seguirán viniendo
para que les regales esa misma fuerza que el Padre Dios te concedió para cuidar
a Su Hijo e Hijo tuyo, en todos los momentos y circunstancias de su vida.
La Patria se debate en estos días entre la vida y la
muerte, necesitamos tu coraje, tu valentía tu audacia, para decir siempre que
Sí a Dios y a la vida.
Ayúdanos a no caer en la tentación de la mentira, la
tibieza y la indiferencia, y así, no dejar a muchos afuera del camino de la
vida.
Estamos aquí para consagrarnos a Tu Amor de Madre y
encomendarnos por tu intermedio, al Bueno de Dios. Y lo hacemos con infinita
confianza. Frente a tu Imagen, y a esta Casa que en todo momento nos acobija y
protege, porque es Casa de nuestro Pueblo, nosotros como pastores, te
consagramos, Nuestra Señora de Luján a nuestra querida Patria Argentina para que
siendo fieles a Jesús, que es Buena Noticia de Vida y Amor, alcancemos con
prontitud, una fuerte y sentida Reconciliación Nacional y una Paz duradera.
Queremos consagrar y encomendar a cada una de nuestras
familias para que sean casa y escuela de vida, comunión y amor.
Te consagramos a las mamás que llevan una hija o un hijo
en su vientre, y también te hacemos una entrega confiada de sus papás, para que
toda vida que se geste pueda nacer, crecer y habitar en nuestra querida Nación.
Te consagramos a las niñas y a los niños, te pedimos que
tengan una vida llena de esperanza y que no les falte nada.
Te consagramos a los jóvenes, dales la gracia de crecer
como personas felices y plenas y que sean fuertes para hacer un mundo más
humano.
Ponemos en tus manos de Madre a nuestros queridísimos
ancianos para que vivan con serenidad y júbilo y todos aprendamos de su
sabiduría.
Madre de Luján, Tu Hijo, nuestro Amado Señor, nos ha
entregado su Vida para que todos nosotros tengamos Vida en abundancia, danos un
ánimo confiado, perseverante y lleno de valentía para ser sus
discípulos-misioneros y defender la vida de cada persona, desde su concepción
hasta la muerte natural, defenderla siempre y en toda circunstancia y que
podamos hacerlo con claridad, firmeza y pasión hasta el final de los tiempos,
cuando el Señor Jesús juzgue a todas las Naciones en el Amor. Amén.
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