"Yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia"(Jn 10.10)
En 1983, a poco de haber retomado el camino de la
democracia, los obispos argentinos publicaban el documento "Dios, el
hombre y la conciencia". Estábamos saliendo de un período oscuro: pocas
veces en la historia joven de nuestro país se había avasallado la dignidad de
la vida como entonces. Los obispos nos invitaban a reconstruir nuestra Nación a
partir de sus bases morales y culturales más profundas. Proponían para ello un
examen de conciencia (que en la actualidad sigue siendo necesario) para que
cada uno pudiera identificar su responsabilidad y un compromiso nuevo con la
dignidad de todo hombre.
Hoy vivimos en democracia. Podemos así expresarnos con
libertad, e incluso peticionar a nuestros gobernantes para que tengan en cuenta
los legítimos puntos de vista de los ciudadanos. Los que profesamos la fe
católica, como la mayoría de los argentinos, queremos la justicia, la paz, el
bien común, una vida plena y digna para todos.
Los obispos de las seis diócesis presentes en el
territorio cordobés, sentimos el deber de expresarnos acerca de la propuesta de
los senadores de nuestra provincia sobre la ley de interrupción voluntaria del
embarazo. Dicha ley cuenta con la media sanción de Diputados, y los senadores
tienen la grave responsabilidad de dar su voto sobre ella. A nadie se le oculta
la importancia, complejidad y gravedad de la materia sobre la que están
legislando: la dignidad de la vida, tanto del ser humano en gestación como de
la madre gestante.
Por las mismas razones, nosotros, como pastores y
ciudadanos, sentimos también el deber de hacerles llegar a los cordobeses
nuestra valoración de algunos aspectos de esta propuesta. Con respeto y la
mayor claridad posible, les hacemos llegar estas observaciones que se detienen
en los aspectos éticos de la propuesta.
• Reconocemos, ante todo, la oportunidad de incluir
expresamente la objeción de conciencia institucional. Insólitamente, la ley con
media sanción, mientras admite, aun con incomprensibles restricciones, la
objeción individual, prohíbe taxativamente la objeción institucional. Parece
que no hubiéramos aprendido nada de los dramas vividos en el siglo XX en el
mundo y en la patria. Creemos que la propuesta de los senadores cordobeses es
un aporte importante en esta delicada materia, pero resulta insuficiente.
• El
contexto hace que llegue tarde y no resuelva el tema de fondo, en sus dos
vertientes: en primer lugar, cómo acompañar el drama de las mujeres que han
sufrido violencia o abandono, y que viven un embarazo no querido; en segundo
lugar, y es lo más decisivo, cómo legitimar la injustificable muerte de un
inocente.
• Nos
parecería desacertado el voto de los senadores aprobando el proyecto. Es más,
consideramos que no expresa ni el sentir de muchos cordobeses, ni el rico
cimiento jurídico a favor de la vida de nuestra Constitución Provincial.
• Les
compartimos que nuestra oposición al aborto no surge, en primer término, de un
dogma o de razones puramente religiosas. La defensa y cuidado de la vida por
parte de todos y del estado es cuestión de humanismo y racionalidad más allá de
las creencias religiosas personales de cada uno.
• Creemos
que una democracia que no respete toda vida humana se convierte visible o
encubiertamente en dictadura de los que ostentan más poder porque cuando no se
respeta la vida del más débil la libertad se convierte en ocasión de dominio y
arbitrariedad.
• Cabe
también recordar aquí la clara y abundante enseñanza de San Juan Pablo II en su
carta Evangelium Vitae (Evangelio de
la vida) a la que podríamos acudir para
seguir profundizando. Allí nos decía al comienzo que "Todo hombre abierto
sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres,
con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a
descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida
humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser
humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento
de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad
política" (Evangelium vitae 2).
• "Es
cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un
carácter dramático y doloroso. La decisión de deshacerse del fruto de la
concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia. Se
buscaría, con esa grave decisión, preservar algunos bienes importantes. Sin
embargo, estas y otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas,
"jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano
inocente" (Evangelium Vitae 58).
• El
Creador ha confiado la vida del hombre a su cuidado responsable, no para que
disponga de ella de modo arbitrario, sino para que la custodie con sabiduría y
la administre con amorosa fidelidad.
• Se
nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con
constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado
por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura
de la verdad y del amor.
• Agradecemos
a todos los que se han animado a expresar respetuosamente en este tiempo,
incluidos legisladores provinciales, hombres y mujeres públicos que vale toda
vida.
Hasta aquí nuestro aporte. Como creyentes, invocamos a
Jesucristo, el Señor de la historia, implorando las luces necesarias para los
legisladores de la nación y todos los que tienen que tomar estas decisiones tan
importantes para la vida y futuro de los argentinos y cordobeses.
Con afecto y respeto.
+CARLOS JOSE ÑAÑEZ +ADOLFO URIONA +SERGIO BUENANUEVA
Arzobispo de Córdoba Obispo de Rio IV Obispo de San Francisco
+SAMUEL JOFRE +RICARDO ARAYA +GUSTAVO ZURBRIGGEN
Obispo de Villa María Obispo de Cruz del Eje Obispo Prelado de Deán Funes
+RICARDO SEIRUTTI +PEDRO TORRES
Obispo Auxiliar de Córdoba Obispo Auxiliar de Córdoba
26 de Julio de 2018 -
Arquidiócesis de Córdoba - Argentina
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