En este Primero de Mayo queremos saludar y reconocer a
todos aquellos que con su trabajo esforzado y honesto engrandecen a sus
familias y a nuestra Patria.
Hoy es un día de fiesta y de celebración para aquellos
que tienen trabajo digno y estable. Y anhelamos que pueda ser una ocasión de
esperanza para quienes están en condiciones laborales más vulnerables como son
los contratados, los subempleados y los que están en situación de trabajo
informal. Muchas veces, por esta situación de inestabilidad, estos hermanos
experimentan la angustia y la incertidumbre de no saber si podrán cubrir las
necesidades básicas de sus familias. Todos tenemos que trabajar y rezar para
que puedan dejar atrás las situaciones de precariedad y de vulnerabilidad
laboral.
En este día también queremos solidarizarnos con tantos
hermanos que están desocupados o que han sido despedidos de sus trabajos,
muchos de los cuales no encuentran un puesto de trabajo digno, esto es lo que
el Papa Francisco llama con dolor marginación y exclusión. Sabemos que es una
situación agobiante, y, por eso, queremos estar cerca de cada uno de ellos y de
sus familias.
Responsabilidad de todos
La generación de fuentes de trabajo debe ser una política
del Estado prioritaria. Pero, también, una preocupación de todos los actores
sociales. Deseamos que nuestras autoridades puedan crear las condiciones
necesarias para el desarrollo de iniciativas que generen puestos de trabajos
dignos, estables y bien remunerados.
Desde esta Pastoral Social alentamos todas las
iniciativas, tanto estatales como privadas, que contribuyen con la generación
de trabajo digno y promueven la tan necesaria cultura del trabajo.
Es responsabilidad de todos (políticos, empresarios,
sindicalistas y trabajadores) poner lo mejor de cada uno para favorecer la
cultura del trabajo y el Bien Común, y posibilitar de esa manera que cada
ciudadano pueda obtener lo necesario para vivir dignamente.
Que el reconocimiento de nuestros derechos y deberes, y
la guía de Dios, fuente de toda razón y justicia, nos permitan alcanzar un
acuerdo social para terminar con los despidos y crear nuevas fuentes de
trabajo. Que San José Obrero nos guie y nos guarde como lo hizo con la Sagrada
Familia.-
PASTORAL SOCIAL ARQUIDIOCESANA.
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA.
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