El 8 de noviembre se inició en los países del
Hemisferio Sur el Mes consagrado a María Santísima, que culmina el 8 de
diciembre con la celebración de la Fiesta de la Inmaculada Concepción del
María. La piedad popular ha visto en este mes una excelente ocasión para
multiplicar las iniciativas de piedad mariana.
Recurramos
confiadamente a María Santísima, Virgo
Fidelis en todos los momentos de nuestra vida, y especialmente durante este
mes consagrado a Ella que es nuestra Madre, conoce nuestras necesidades y es
tan poderosa con su Hijo Jesús que tiene su Omnipotencia en sus manos.
Roguémosle, por lo tanto, que hable a Jesús en favor nuestro, con la Oración de
María Mediadora: "Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés delante
del Señor, de decirle cosas buenas de mí."
“Ojalá
que sea por doquier un mes de intensa oración con María. Este es el deseo que
de corazón formulo para cada uno de vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a
la vez que os recomiendo una vez más el rezo diario del Santo Rosario. Se trata
de una oración sencilla, aparentemente repetitiva, pero sumamente útil para
penetrar en los misterios de Cristo y de su Madre, que es también Madre
nuestra. Al mismo tiempo, es un modo de orar que la Iglesia sabe que agrada a
la Virgen. Se nos invita a recurrir a esta plegaria también en los momentos más
difíciles de nuestra peregrinación en la tierra” (San Juan Pablo II)
“Estrella
de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la
comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor
a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la
tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya” (Papa
Francisco. “Evangelii Gaudium”, 287)
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