Hay
un terrorismo de base que emana del control global del dinero sobre la tierra y
atenta contra la humanidad entera. De ese terrorismo básico se alimentan los
terrorismos derivados como el narcoterrorismo (Papa Francisco, III encuentro
para los movimientos populares 05/11/2016)
Como
Comisión Nacional de pastoral sobre adicciones y droga dependencia, constituida
por los delegados diocesanos de todo el país, queremos expresar nuestra gran
preocupación por el momento que atraviesa nuestra patria respecto del tema que
nos ocupa. Con claridad decimos que no se trata de un gobierno u otro, sino más
bien de un problema que fue creciendo y, como una espiral, avanza profundizando
el deterioro de la vida de nuestros jóvenes y destruyendo el tejido social.
Es
así que, cotidianamente, llegan a nuestras parroquias e instituciones presentes
a lo largo del territorio nacional, en nuestros pueblos y ciudades muchos
pibes, gurisas, changos y chinitas que perdieron su libertad por la falta de sentido y
oportunidades, y quedaron entrampados en las redes del consumo de alguna droga,
tanto legal como ilegal. Acompañamos el sufrimiento de sus familias y seres
queridos. Esto sucede incluso en los pueblos más chiquitos, en los que para
poder ver a un psicólogo o especialista en salud mental hay que viajar 100 o
200 km. La situación es desesperante y nos preguntamos cuál es la respuesta que
como sociedad estamos ofreciendo. Debemos sincerarnos. En los centros urbanos
estamos discutiendo modos novedosos de intervenir, organizando congresos y
analizando las falencias de los distintos paradigmas y modelos teóricos ,
muchas veces importados, y la respuesta sigue siendo insuficiente, mientras hay
cerca de un millón de jóvenes que no estudia ni trabaja en nuestro país.
En
ese sentido, advertimos que la respuesta que se sigue dando es con un acentuado
enfoque en la dimensión represiva hacia los sectores más vulnerables. Basta
comparar el presupuesto del Ministerio de Seguridad con el de la Sedronar para
comprender la desproporción de la que estamos hablando. Pero hay que decirlo,
si a nuestros jóvenes no les ofrecemos oportunidades reales para crecer, para
descubrir el sentido de la vida, políticas públicas de prevención y un sistema
de salud adecuado, van a ser
estructuralmente vulnerables. No alcanza con perseguir al narcotráfico, hay que
cuidar a los pibes.
Desde
ya que no queremos drogas en nuestros lugares y apoyamos los intentos por
erradicarlo. En ese sentido, entendemos que sería bueno poner la mirada también
en los circuitos financieros que lo hacen posible, porque sino queda como un
problema de los pobres y las fuerzas de seguridad cometen atropellos con los
pibes. ¡No! el narcotráfico es una red multinacional con gerentes y CEOs, que
saben tanto de complicidades políticas como de comunicación, de maquillar la
realidad con teorías novedosas surgidas en universidades prestigiosas, de hacer
lobby y buscar leyes favorables a su negocios.
En
este contexto de ausencia de oportunidades y respuestas aparece una voz que es
imprescindible escuchar: la situación dramática de niños y jóvenes que padecen
epilepsia refractaria y que encuentran
en un derivado del cannabis el paliativo a sus dolencias. Entendemos que es
imprescindible que quienes padecen esta enfermedad puedan tener su medicina, y
que corresponde al Estado proveerla gratuitamente.
Lo
que no queremos es que el reclamo justo de los familiares se entremezcle con
políticas que hacen daño a otros. En definitiva, no estamos de acuerdo con las
políticas liberales que reclaman el derecho de cultivar, tener o consumir
drogas, porque entendemos que no todas las personas están en la misma
situación, y vemos que a los pibes que no tienen o tienen pocas oportunidades
en la vida, estas acciones les pueden costar carísimas.
Por
último, por la gravedad del momento que estamos viviendo, por las muertes,
tragedias, y sufrimientos de miles de pibes y pibas a lo largo del país, de
hombres y mujeres, por el dolor de sus familias, por nuestros barrios, villas,
pueblos y ciudades, por el Padre Juan Viroche y todos los que día a día dan la
vida, este equipo pide la pronta declaración de la emergencia nacional en
adicciones, y reclama a los distintos niveles del estado: municipales,
provinciales y nacional, a los medios de comunicación, a las empresas, a las
iglesias y distintos credos que se hagan
eco de este pedido, que como un grito que se eleva al cielo de la patria:
¡Basta! ¡Basta! ¡¡¡¡Ni un pibe menos por la droga!!!! Hay que ponerse a
trabajar.
Invitamos
a todos a ponernos la Patria al hombro como nos pide el Papa. Que la Virgen de
Luján, patrona de nuestra Patria nos enseñe el camino del compromiso y nos
revele las fibras de solidaridad que son la identidad de nuestro pueblo
argentino.
Comisión
Nacional de Pastoral de Adicciones y Droga dependencia
Domingo
6 de Noviembre de 2016
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