Queridos hermanos y hermanas:
Se acerca nuevamente la Navidad. Esta fiesta entrañable
nos da la posibilidad de alegrarnos con la Buena Noticia de la amistad de Dios,
pero también ilumina nuestra mirada para ver con mayor profundidad los
dolorosos acontecimientos vividos este mes en Córdoba.
Intentamos comprender qué nos está pasando. Son legítimas
diversas lecturas. Junto a la mirada periodística, sociológica o política, una
lectura religiosa y moral también es importante. Ayuda a desentrañar otros
aspectos y a comprender mejor la responsabilidad de cada uno.
Estos hechos nos duelen, pero también nos avergüenzan
porque revelan nuestras fragilidades. Estamos convencidos de que son señales de
un deterioro espiritual, cultural y moral muy hondo: la quiebra de la amistad
social y los vínculos ciudadanos.
Somos conscientes de que todos los dirigentes, también
los religiosos, junto con el rol de autoridad que se nos ha confiado, tenemos
una mayor responsabilidad. Delante de Dios y como pastores sentimos la
necesidad de examinar nuestra conciencia y pedir perdón por no haber hecho más
a fin de que el Evangelio de Cristo se encarne en la vida, la cultura y la
convivencia de nuestro pueblo.
Estamos ante una nueva oportunidad para comprometernos
con decisión en un camino distinto. No podemos desentendernos de lo que nos
pasa. Por eso proclamamos con sencillez la Buena Noticia de la Navidad: Dios
nos tiende la mano a través de su Hijo nacido de María. En ese espíritu,
alentamos un valiente y humilde diálogo fraterno y ciudadano, que nos permita
identificar nuestros problemas, así como alcanzar los necesarios consensos para
solucionarlos pacíficamente.
El nacimiento de Cristo se verificó en circunstancias
dramáticas de pobreza. Sin embargo, aquella noche brilló una luz de esperanza
para toda la humanidad. En ese Niño encontramos la fuerza que necesita la
frágil voluntad humana para no dejarse vencer por el peso del egoísmo.
La Navidad nos invita y nos anima a recomenzar desde
Jesús. Él nos enseña "a mirarnos como hermanos". Como María y José,
abrámosle la puerta de nuestro corazón y la de cada familia para empezar con Él
una historia nueva, más digna, queriéndonos y cuidándonos unos a otros.
¡Les deseamos de corazón una muy Feliz Navidad, llena de
las bendiciones del Señor!
Córdoba, 20 de diciembre de 2013
+ Carlos José Ñáñez (Arzobispo de la Arquidiócesis de
Córdoba)
+ Aurelio Kühn (Obispo Prelado de la Prelatura de Deán
Funes)
+ Eduardo Martín (Obispo de la diócesis de Río Cuarto)
+ Santiago Olivera (Obispo de la diócesis de Cruz del
Eje)
+ Sergio Buenanueva (Obispo de la diócesis de San
Francisco)
+ Gustavo Zurbriggen (Obispo Coadjutor de la Prelatura de
Deán Funes)
+ Samuel Jofré (Obispo de la diócesis de Villa María)
+ Pedro Torres (Obispo Auxiliar electo de la
Arquidiócesis de Córdoba)
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