Ciudad
del Vaticano, Wednesday 9 January 2013 (Zenit.org).
En la Audiencia de los miércoles desarrollada esta mañana
en el Aula Pablo VI, el papa Benedicto XVI quiso referirse al tiempo de Navidad
recién celebrado, explicando el tema: “Se ha hecho hombre”.
Recordó que en estos días, en las iglesias ha sonado
varias veces la palabra "Encarnación" de Dios, para expresar la
realidad que se celebra en Navidad: el Hijo de Dios se hizo hombre. Y se
preguntó: “¿Pero qué significa esta palabra central para la fe cristiana?”
El Catequista universal explicó que Encarnación viene del
latín "incarnatio", que es
recogida por el apóstol Juan en su evangelio con la frase: "la Palabra se hizo carne" (cf. Jn. 1,14) . Sobre esto,
el papa dijo que “la palabra "carne", en el lenguaje hebreo, indica a
la persona como un todo, el hombre entero, pero solo desde el aspecto de su
transitoriedad y temporalidad, de su pobreza y contingencia.
De este modo, hizo ver que “Dios tomó la condición humana
para sanarla de todo lo que la separa de Él, para que podemos llamarlo, en su
Hijo unigénito, con el nombre de "Abbà, Padre" y ser verdaderamente
hijos de Dios”.
Volviendo a la frase joánica, "La Palabra se hizo
carne", enseñó que esta es una de esas verdades a las que los creyentes se
han acostumbrado tanto a escuchar, “que apenas nos afecta la magnitud del
evento que ella expresa”. Y advirtió que en este tiempo de Navidad, “a veces se
está más preocupado por las apariencias exteriores, en los "colores"
de la fiesta, que al corazón de la gran novedad cristiana que celebramos”.
Asombrarse y
entregarse
Ante la rapidez con que pasan los acontecimientos y las
luces multicolores de la Navidad, el Santo Padre invitó a los creyentes a
“recuperar el asombro ante este misterio”. Un misterio que va más allá de lo
que el hombre puede comprender, es situarse ante Dios, “el verdadero Dios, el
Creador de todo, (que) ha recorrido como un hombre nuestras calles, entrando en
el tiempo del hombre para comunicarnos su propia vida (cf. 1 Jn. 1,1-4)”.
Otro elemento que quiso subrayar el papa fue el hecho de
que en Navidad se suelen intercambiar algunos regalos con las personas más
cercanas. Y destacó de este tiempo, la cantidad de veces que en la liturgia se
repite que Dios se entregó a la humanidad a través de su Hijo.
“En esa noche santa Dios, haciéndose carne, ha querido
convertirse en un regalo para los hombres, se entregó por nosotros; Dios ha
hecho de su Hijo único un don para nosotros, tomó nuestra humanidad para
donarnos su divinidad. Este es el gran regalo”, reflexionó ante miles de fieles
que lo escuchaban y meditaban con él.
Luego destacó que Dios no había “donado cualquier cosa”,
sino que “se entregó a sí mismo en su Hijo Unigénito”. Presentó de esta manera
“el modelo de nuestro dar, porque nuestras relaciones, sobre todo las más
importantes, son impulsadas por
el don gratuito del amor”.
Un hecho histórico
En continuidad con sus investigaciones y reflexiones,
entre las que está su reciente libro “La Infancia de Jesús”, el papa teólogo
aclaró a los fieles que “el Hijo de Dios se hizo verdaderamente hombre, nacido
de la Virgen María, en un tiempo y en un lugar específico, en Belén durante el
reinado del emperador Augusto, bajo el gobernador Quirino (cf. Lc. 2,1-2)”. A
esta certeza histórica, le añadió el hecho de que “creció en una familia, tuvo
amigos, formó un grupo de discípulos, dio instrucciones a los apóstoles para
continuar su misión, (y) completó el curso de su vida terrena en la cruz”.
Con estos hechos ha querido subrayar que este modo de
actuar de Dios “es un poderoso estímulo para cuestionarnos sobre el realismo de
nuestra fe, que no debe limitarse a la esfera de los sentimientos, de las
emociones, sino que debe entrar en la realidad, en lo concreto de nuestra
existencia”.
Y esta actitud madura del creyente, exhortó el papa,
“debe tocar cada día de nuestras vidas y dirigirla también de una manera
práctica”.
Dios y hombre
verdadero
Un último elemento que puso en consideración el santo
padre fue lo referido al “Dios hecho hombre”, como tituló su reflexión de hoy.
Hizo ver que “esa misma Palabra que siempre ha estado con Dios, que es Dios
mismo y por el cual y en vista del cual todas las cosas fueron creadas (cf.
Col. 1,16-17), se ha hecho hombre”.
Y que este Dios “eterno e infinito”, fue quien “se
sumergió en la finitud humana, en su criatura, para conducir al hombre y a la
entera creación a Él”.
Es por ello que, con la Encarnación del Hijo de Dios, “se
da una nueva creación”, que responde completamente a la pregunta ¿Quién es el
hombre?. Ante ello, y en vista que “solo en Jesús se revela plenamente el
proyecto de Dios sobre el ser humano” –continuó--, “Él es el hombre definitivo
según Dios”.
Invitó finalmente a reconocer en ese niño, el Hijo de
Dios contemplado en Navidad, “el verdadero rostro, no solo de Dios, sino el
verdadero rostro del ser humano”. Y así, “solo abriéndonos a la acción de su
gracia y tratando todos los días de seguirle, realizamos el plan de Dios en
cada uno de nosotros”.
Se puede leer el texto completo de las palabras del Papa
haciendo clic acá.
Se puede acceder al video de las palabras del Papa en
español haciendo clic acá.
Fuente: Zenit
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario.