A las autoridades estatales y gremiales:
Frente a los acontecimientos que están sucediendo en la
ciudad de Córdoba, queremos manifestar nuestra preocupación. Nuestro deseo es
animar para entre todos contribuir a la paz social.
Valoramos todos los esfuerzos que se hacen para que
gocemos todos de paz más social. Sabemos que a veces los conflictos no son
simples de resolver. Pedimos a Dios les conceda la sabiduría y la voluntad
necesaria para encontrar caminos de solución a éstos y tantos problemas que nos
aquejan.
Junto con nuestra oración, queremos apelar a la
responsabilidad y a la buena voluntad de ustedes como dirigentes y referentes
políticos y sociales.
¡La violencia no nos hace bien!
Quisiéramos pedirles que no escatimemos esfuerzos por
evitar cualquier gesto, acción, palabra o declaración violenta. En primer
lugar, porque la violencia en cualquiera de sus formas daña el tejido social;
en segundo lugar, porque de nuestros dirigentes esperamos absolutamente lo
contrario. Como sociedad estamos enfermos y cansados de la violencia, la
sufrimos a diario. La violencia genera más violencia.
Quisiéramos pedirles que, lejos de fomentar la violencia,
sean constructores de paz social y de consenso en pos del bien común. Esperamos
de ustedes el ejemplo y el esfuerzo incansable por construir un diálogo sincero
que nos haga bien a todos. Anhelamos puedan garantizar y construir la paz
social.
¡Nos da impotencia quedar como rehenes!
Los conflictos son parte de la vida, a veces inevitables,
pero creemos que las soluciones hasta ahora propuestas para resolverlos a veces
no son las adecuadas, especialmente cuando atentan contra el bien común y
vulneran legítimos derechos de otros ciudadanos. Frente a tanto conflicto,
termina siendo el ciudadano común, el trabajador, el jubilado, el estudiante y
muchas veces los que más sufren, quienes quedan rehenes de lo que muchas veces
parece ser, además de un conflicto puntual, una puja de poder. Son los mismos
ciudadanos los que terminan siendo violentados por los modos en que se buscan
resolver los conflictos.
No cuestionamos la legitimidad de los reclamos. Alentamos
a que todos defendamos los derechos y cumplamos nuestras obligaciones, a la vez
que pedimos cordialmente a los actores involucrados que revisen los modos de
reclamar.
¡Todos tenemos derechos!
Finalmente nos animamos a pedirles gestos de grandeza,
acorde a la función pública que desempeñan en la sociedad. Estamos seguros que
las partes afectadas pueden encontrar caminos para el diálogo y así resolver
los conflictos sin perjudicar a toda la ciudadanía.
Anhelamos y apelamos a tener en cuenta a tantos
ciudadanos que se sienten violentados, con impotencia y fastidio, frente a los
conflictos sociales de modo permanente y sistemático. Muchos ciudadanos tienen
que afrontar cotidianamente situaciones muy difíciles porque la vida no les es
fácil. No es justo que se le complique aún más la vida por conflictos ajenos.
Necesitamos actores sociales que den testimonio de
valores que animen a los jóvenes a la construcción de una sociedad justa,
fraterna y democrática por el bien de todos.
PASTORAL SOCIAL ARQUIDIOCESANA
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA
Córdoba, 5 de junio de 2017.
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