Domingo 1° de Enero: Solemnidad de Santa María Madre de Dios

En este primer día del año se conjugan tres celebraciones: es la Jornada Mundial de la Paz, recordamos el día en que Jesús Niño fue circuncidado según el rito judío, y profesamos solemnemente nuestra fe en María Madre de Dios. “Si nos preguntamos cuál es el camino central y recto de nuestro mundo terreno que nos lleva a aquella humanidad de Cristo, en la que encontramos la revelación de Dios y nuestra salvación, la respuesta está pronta y bellísima: ese camino es la Virgen. Es María la cristífera, la portadora de Cristo al mundo. De la maternidad virginal de María podemos pasar a la humanidad de Cristo Hombre-Dios” (Beato Pablo VI, audiencia del 28/12/1966).

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números (Núm 6, 22-27)

El Señor dijo a Moisés: “Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: ‘Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’. Que ellos invoquen mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Sal 66, 2-3. 5-6. 8

R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca
su dominio, y su victoria, entre las naciones. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.
El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor;
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los cristianos de Galacia (Gál 4, 4-7)

Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley, para redimir a los que estaban sometidos a la ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir: ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
+ Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (Lc 2, 16-21)

Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en un pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban, quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el ángel antes de su concepción.
Palabra del Señor

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