Este martes 2 de febrero de 2016 se produce la clausura del Año
de la Vida Consagrada, que fuera convocado oportunamente por el Papa Francisco
con motivo del 50° aniversario de la Constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II,
y también inspirado en las indicaciones contenidas en la Exhortación Vita Consecrata de San Juan Pablo II.
La semana de clausura del Año de la Vida Consagrada se
está celebrando en Roma del 28 de enero al 2 de febrero, en un encuentro
internacional que reúne a más de cuatro mil consagrados. El martes 2 de febrero
peregrinarán, con ocasión del Jubileo de la Misericordia, a las basílicas de
Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. Por la tarde participarán en la
Basílica de San Pedro en la Santa Misa presidida por el Papa.
Asimismo, el próximo 17 de abril se celebrará la 53°
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Para ello, el Papa Francisco ha
propuesto una oración para pedir por las vocaciones que es la siguiente:
“Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por
nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu,
concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes
de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a
Ti y a la evangelización.
Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una
adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales
sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en
todo brille la grandeza de tu amor misericordioso.
Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada
una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu
Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de
Dios”.
PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
Cabe destacar que esta clausura del Año de la Vida Consagrada se produce en coincidencia con la celebración de la Presentación del Niño Jesús
en el Templo y la Purificación de la Virgen María. Se conoce también esta
fiesta como "La Candelaria".
Aunque esta fiesta es principalmente de carácter
Cristológico, en ella se conmemora un acontecimiento muy importante en la vida
de María: su purificación y la presentación de su hijo al sacerdote en el
Templo, en cumplimiento de su obligación de consagrarlo a Dios. Y más todavía
porque es ésta una fiesta de la luz que es la que le da nombre.
La fiesta de la Candelaria se llama así porque en ella se
bendicen las candelas que se van a necesitar durante todo el año, a fin de que
nunca falte en las casas la luz tanto física como espiritual. Esta fiesta tenía
gran significación cuando la única luz en las casas era la de las velas y
candiles.
Esta fiesta cierra el ciclo de Navidad y se celebra
exactamente a los cuarenta días del 25 de diciembre. A mediados del siglo V se
celebraba con luces y tomó el nombre y color de "la fiesta de las
luces".
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