Nuestra Señora del Rosario del Milagro

A partir de este fin de semana, en lugar de publicar solamente el texto del Evangelio del día Domingo, vamos a poner en este blog parroquial, con 24 horas de anticipación, TODAS las lecturas de la Misa Dominical, para brindar la posibilidad que las personas puedan ir leyendo y meditando anticipadamente estas lecturas, e incluso las tengan preparadas por si participan en la celebración como lectores.

Este fin de semana, correspondería el Domingo 27° durante el año (o “del tiempo ordinario”), pero en nuestra ciudad celebramos a la Virgen del Rosario del Milagro, patrona de la Arquidiócesis de Córdoba, y por ese motivo las lecturas de la misa son las propias de esta solemnidad.
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DEL MILAGRO
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 6,12-15.17-19

Cuando informaron a David: «El Señor ha bendecido a la familia de Obededom y todos sus bienes a causa del Arca de Dios», David partió e hizo subir el Arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, con gran alegría. Los que transportaban el Arca del Señor avanzaron seis pasos, y él sacrificó un buey un ternero cebado. David, que sólo llevaba ceñido un efod de lino, iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor. Así, David y toda la casa de Israel subieron el Arca del Señor en medio de aclamaciones y al sonido de trompetas.
Luego introdujeron el Arca del Señor y la instalaron en su sitio, en medio de la carpa que David había levantado para ella, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión delante del Señor.
Cuando David terminó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos. Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, hombres y mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y uno de pasas de uva por persona. Luego todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 
131,8-9.13-14.15-16

R. Aquí estarás por siempre, Virgen María, porque así lo has querido.

¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo,
tú y tu Arca poderosa!
Que tus sacerdotes se revistan de justicia
y tus fieles griten de alegría. R.

Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado». R.

«Yo lo bendeciré con abundantes provisiones
y saciaré de pan a sus pobres;
revestiré a los sacerdotes con la salvación,
y sus fieles gritarán de alegría». R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 11,9a; 12,1-6a.10ab

Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz. Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio.
Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: «Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías».
Palabra de Dios.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1,39-47

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces:
«Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador».
Palabra del Señor.

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