En aquel tiempo, Juan le dijo: «Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y
tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se
lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que
luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está
por nosotros. Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que
sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.
»Y al que escandalice a uno de estos
pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de
molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión
de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos
manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de
pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies,
ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más
vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser
arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga». (Mc
9,38-43.45.47-48)
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