La Fiesta del Cura de Ars, San Juan María Vianey, se
celebra anualmente el 4 de agosto, y nos recuerda a un párroco santo, que vivió
profundamente como sacerdote, el amor a Dios y a sus hermanos; y nos invita a
celebrar con nuestras comunidades el Día
del Párroco.
El Cura de Ars, llegó a su ciudad en 1818, a una
parroquia pobre y necesitada en todo sentido. El pueblo tenía 370 habitantes, y
los domingos asistían a misa solamente unos pocos. Se dice que cuando llegó a
Ars un hombre sólo era el que iba a misa. Cuando murió, en cambio, en aquel
pueblo solamente un hombre era el que no iba a misa… Allí estuvo de párroco
durante cuarenta y un años, hasta su muerte, y en ese tiempo transformó muchos
corazones con la ayuda de la gracia; fue instrumento de perdón y
reconciliación, comprometiendo toda su vida al servicio de los fieles según el
espíritu del Evangelio.
Esta celebración del Día
del Párroco quiere poner de relieve de un modo particular, la gratitud a
nuestros párrocos, que con generosidad, llevan adelante la atención parroquial.
Esta gratitud se extiende a todos los sacerdotes, que de muchas forman ofrecen
lo mejor de sí en favor de la comunidad.
Nuestra comunidad, en particular, saluda con afecto al
Padre Juan Martínez, que desde su llegada ha dado un fuerte impulso a nuestra parroquia en la
difusión de la alegría del Evangelio, y ha generado en la comunidad un sentido
de pertenencia y participación magníficos. La fuerza de la fe, el amor a Dios y
a la Santísima Virgen, y el empuje incansable para el trabajo pastoral, son
apenas algunas de las virtudes que distinguen a este hombre bueno y piadoso que
el Señor nos ha dado como párroco.
¡Feliz día Padre
Juan!
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