En el mes de Julio realizamos en la Arquidiócesis de
Córdoba la Campaña de Sostenimiento de la Iglesia propuesta por la Conferencia
Episcopal Argentina, para pensar juntos cómo podemos ayudarnos a sostener las
tareas pastorales de nuestra comunidad, con nuestros talentos, tiempo,
recursos.
¿Cómo? Participando, ofreciendo colaborar con lo que está
a tu alcance, acercándote a preguntar que se necesita.
Carta de los
Obispos a cada uno de los Católicos
Muy queridos hermanos y hermanas:
¿“ESTAMOS” EN LA IGLESIA?
¿O “SOMOS” IGLESIA?
En las familias, los padres les enseñan a sus hijos a que
no deben esperar que todo se les dé, sino que también deben dar, según sus
posibilidades. Les dicen: “todos somos familia, todos somos corresponsables. No
sólo debemos “estar” en la familia,
debemos “ser parte activa” de la misma”.
Hoy deseamos presentarles una reflexión análoga, referida
a nuestras comunidades eclesiales.
Por el bautismo fuimos hechos hijos adoptivos de
Dios, entrando así a formar parte de la “familia de Dios”.
Jesús, el Hijo unigénito, se hizo semejante a nosotros en
todo, menos en el pecado. Vivió también él en una familia humana, aunque con una historia muy
especial: nació en un establo; muy pronto sus padres, para salvar la vida del
recién nacido, tuvieron que huir a Egipto y al regreso se radicaron en
Nazareth. Allí el sustento del hogar dependió del trabajo de carpintero de San
José y Jesús trabajó hasta que comenzó su vida pública. Jesús no se contentó
con “estar” en esa familia: “participó” activamente en ella.
Ese Jesús, según su promesa, continúa vivo y presente en
nuestra Iglesia, que debe ser como una prolongación de la familia de Nazareth.
Podría preguntarnos hoy : ¿Cómo yo me
sentí comprometido en el sostenimiento
de la familia, y trabajé a la par de San José? ¿Brindan ustedes su aporte, cada
cual según sus posibilidades, para que “nuestra” familia, la Iglesia, tenga lo
necesario para su misión evangelizadora?
En la medida que lo hagamos, esa “pertenencia” será más
plena.
Los invitamos, hermanos queridos, a aceptar esta llamada
de Jesús. Que podamos decir de verdad que “somos” y gozamos de ser, la Iglesia
de Jesús.
Que María Santísima nos ayude a hacer cada día más
“nuestra” esta “Iglesia de la familia de Dios.”
Los Obispos de la
Iglesia en la Argentina
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