¿Qué
es un Sínodo?
Un SINODO es una “asamblea representativa de todo el pueblo
de Dios que camina en una Iglesia particular, la cual es convocada por su
Obispo para encontrarse fraternalmente, dialogar, discernir, celebrar y
legislar sobre algunos aspectos de la vida eclesial que sean de particular
interés”.
Es ante todo una gracia de Dios: histórica,
profética y extraordinaria.
- Histórica: señala
distintas etapas en el proceso de una determinada comunidad eclesial.
- Profética:
discierne los signos de los tiempos en una comunidad que se pone a la escucha
de lo que Dios quiere y pide de ella.
- Extraordinaria: marca
una antes y un después en la memoria
eclesial. Nos hace conscientes y corresponsables del rumbo a seguir.
El
sujeto eclesial del Sínodo es la comunidad entera. Todos somos agentes
sinodales, destinatarios e interlocutores. Todo bautizado –miembro de esta
Iglesia– desde su lugar, está convocado
a participar.
Tradición y herencia
sinodal cordobesa:
Sabemos que “nuestra Arquidiócesis es muy rica a en
historia eclesial y sinodal. Es la que más Sínodos ha realizado. Somos la
Iglesia particular de mayor sinodalidad en Argentina. Desde su origen, los
Sínodos estuvieron presentes en esta tierra organizando la misión
evangelizadora”.
Todos los Sínodos
celebrados anteriormente “son parte muy
importante de su historia. Cada uno de ellos, en circunstancias diversas, ha
sido un momento privilegiado de observación, análisis, consulta, reflexión y
organización de la acción pastoral con resultados muy positivos para toda la
vida de la Iglesia en particular. Muchos de ellos se realizan en estrecha
conexión con otras diócesis y con la Iglesia universal”.
De hecho el X Sínodo
se celebró en “el marco inmediato del
Sínodo Extraordinario de Obispos (diciembre de 1985) que propuso conocer mejor
e impulsar la obra grandiosa y providente del Vaticano II queriendo contribuir
al programa de una nueva Evangelización lanzado por el Papa Juan Pablo II al
acercarse los 500 años del descubrimiento de América”.
El XI Sínodo –que
también se celebra en la espera del Sínodo de Obispos de Octubre de 2018 cuyo
tema el “los jóvenes, la Fe y el
discernimiento vocacional”– viene a enriquecer y a re-actualizar una
importante tradición sinodal.
Conviene hacer un
breve repaso de los diversos Sínodos locales: “en 1597, 1606 y 1607 el Obispo Fernando de Trejo y Sanabria convocó
los tres primeros Sínodos. El primero fue para organizar la Diócesis naciente,
la catequesis y el matrimonio. El segundo para organizar el culto y la liturgia
de la Catedral. El tercero para la evangelización y la catequesis de los
indígenas. En 1637 y 1644, el Obispo Melchor Maldonado de Saavedra, llamó al
cuarto y quinto Sínodos respectivamente. En 1699 el Obispo Manuel Mercadillo
convocó al sexto Sínodo. En 1752 el Obispo Pedro Miguel de Argandoña congregó
al séptimo Sínodo. En 1877 el Obispo Manuel Eduardo Álvarez citó al octavo
Sínodo. Versó sobre ventajas dificultades y cambios operados en el país en el
período constitucional del siglo XIX. Trató además, sobre la catequesis
diocesana. En 1906 el Obispo Zenón Bustos anunció el noveno Sínodo. En 1984 el
Cardenal Arzobispo, Raúl Francisco Primatesta, convocó el décimo Sínodo sobre
evangelización y catequesis de adultos” en cuyo Documento final se afirma que
la Iglesia “no considera el Sínodo sólo como una reunión de estudio y
organización sino, principalmente como momento singular de gracia”.
En esta herencia
ahora hay que agregar a la lista de Sínodos, que Monseñor Carlos José Ñáñez, en
su Carta Pastoral del 7 de Octubre de 2015 (Día de Nuestra Señora del Rosario
del Milagro, Patrona de la Arquidiócesis de Córdoba) convocó a la realización
del XI Sínodo cuyo tema es “EL PRIMER
ANUNCIO DEL EVANGELIO HOY EN CORDOBA”.
Tema
del XI Sínodo:
“El primer
anuncio del Evangelio hoy en Córdoba”
- Por primer anuncio se entiende la
proclamación inaugural de la Fe que presenta al Señor Jesús, muerto y
resucitado, como centro de la vida del creyente. Este mensaje genera la gracia
de una conversión y de un estilo de existencia que nace del camino discipular.
- Por Evangelio se concibe –no sólo la
Palabra de Dios escrita y consignada en la Buena Nueva Marcos, Mateo, Lucas y
Juan– sino a la misma Persona del Señor
Jesús, el Evangelio viviente como afirma el Libro del Apocalipsis: “Yo soy el viviente”. A partir de este
Evangelio-Persona, el creyente reconoce que no se comienza a ser cristiano por
una decisión ética o una gran idea sino por el encuentro con un acontecimiento,
con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una
orientación decisiva. (cf. DCE 1; DA 12 y 243).
(Material gentileza de Carolina Barontini)
(Material gentileza de Carolina Barontini)
Compartimos el link para bajar el
Documento de Trabajo del XI Sínodo Arquidiocesano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario.